¡Deja de decirlas!

"Se te va a pasar el arroz" y otras perlas machistas

Ser mujer y machista sigue siendo tendencia en las calles, en el trabajo y en la familia, aunque, afortunadamente, cada vez menos. Pero la española cuando es machista, es opresora y dura de verdad, gracias esa educación basada en el respeto y la igualdad que hemos tenido durante tantos años en este país. Y que ahí sigue marcando las pautas del bien y del mal en lo femenino.

CotilleariStock

Salir a la calle con el ojo detector de machiruladas puesto en muchas mujeres es un calvario, empezando por una misma. Lo importante es darte cuenta, reconocerlo y rectificarlo a tiempo. Pero hay machismos de mujer que, aunque metafóricamente, también matan.

Basta con ir a la peluquería sin tapones para los oídos y escuchar a las señoras y no tan señoras, sus críticas a las famosas de la prensa rosa que se suele consumir en estos establecimientos: “la zorra que se folló a Fulanito”, “lo gorda que se ha puesto la modelo/presentadora/triunfita”, “menuda celulitis Menganita, que ni el Photoshop se la tapa” o “las berzas caídas de noséquién”. Y no sales mucho mejor parada en el centro de estética cuando, después de haberte quitado unos pelos del parrús, te dice la esteticién de turno que “¡ya vas limpia!”. Te quedas con ganas de decirle “perdona, guapa, que recién duchada ya venía”.

Para chupito ya están las cenas de Navidad con esas tías que solo ves una vez al año y están obsesionadas con que te cases y tengas hijos, y que no conciben que no se propague la estirpe familiar. Que sueñan con otro bodorrio en la familia y que tu vientre sea una fábrica de otras vidas previo paso por el altar. No puedes ser una solterona sin oficio ni beneficio aunque vivas feliz con tu trabajo, tu gente y tus aficiones ajenas al instinto familiar católico, apostólico y romano. Y cuidado con llegar a los 30 y pico o 40 y cambiar de opinión, ya se te habrá “pasado el arroz” y estará mal visto que quieras tener hijos en pecado o utilizando técnicas menos naturales que la del metesaca con una pareja oficial, legal y sagrada.

Mujeres en peluquería | iStock

Que ser mujer joven, moderna y actual no implica haber pasado por el aro feminista, y en las empresas es más habitual de lo que parece pensar que una compañera está en un determinado puesto porque ha chupado más de una polla y de dos.

Lo mismo pasa entre amigas en petit comité cuando juzgan a otras mujeres por cómo visten o por su “frescura” alternando parejas, sin que haya mucha diferencia del punto de vista de las tías de la cena de Navidad. No guardar un luto cuando rompes con tu novio es malo porque te hace una mujer indecente y no válida para seguir en el mercado del amor. Para la mujer machista, follar es malo cuando es otra la que folla.

Y llegadas a este punto, está más que claro que ser mujer y machista es una putada en estos tiempos de rebelión, pero no se debe criminalizar, sino ayudar, aunque algunos casos sean batallas perdidas.