CRIANZA
El chupete es algo que acompaña a muchos de nuestros hijos en sus primeros años de vida. La succión no nutritiva que hacen con él les permite conciliar el sueño o calmarse en momentos de rabieta.
Se ha relacionado el uso del chupete con un menor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Pero es importante saber cuándo decirle adiós, ya que su uso prolongado puede ocasionar problemas. ¿Cuándo es buen momento o cómo hacerlo?
Primero es importante que sepas por qué no debemos prolongar el uso del chupete más allá de los 2 años.
La Sociedad Española de Ortodoncia recomienda retirar el chupete no más tarde de los 2 años de edad. ¿Por qué? Pues tenemos múltiples motivos:
1. Con el uso del chupete, los dientes centrales inferiores se van desviando hacia dentro, mientras que los superiores tienden a separarse y salir hacia fuera.
2. Su uso prolongado también puede provocar problemas de maloclusión, como ocurre en la mordida abierta o en la mordida cruzada.
3. Igualmente pueden aparecer malformaciones de la articulación temporomandibular o deformaciones óseas que modifiquen de manera definitiva la arcada de los dientes.
Vamos, dicho para que lo entiendas, cuanto más se prolongue el uso del chupete por encima de los dos años, más posibilidades de ortodoncia cuando sean mayores.
Entonces, ¿cuándo lo hacemos?
A los dos años suelen entender un poco si les explicamos, por lo que es bueno decirles que ya son mayores y que es momento de que dejen su chupete. Piensa que hay niños que lo dejan sin problema y otros para los que sí que es un momento un tanto dramático, por lo que es mejor hacerlo en épocas que todos estéis relajados en casa. Ni te lo plantees si se acerca el nacimiento de un hermanito o cualquier otro momento estresante para él.
La época de Navidad también suele ser buena, ya que muchas veces podemos decirles que se lo pongan a los Reyes Magos para que se lo lleven la noche que vienen a dejar los regalos. Es algo que para ellos puede ser una explicación y un tanto de consuelo.
¿Cómo lo hacemos?
Bueno, la receta mágica no existe, está claro. Y siempre eres tú quien mejor conoces a tu hijo. Habitualmente los pediatras suelen recomendar dejar chupete y biberón a partir de los 2 años, pero no lo hagas todo de golpe. Poco a poco. Valora qué es lo que menos crees que le va a costar a tu hijo, aquello a lo que menos apego le tenga y empezad por ahí. Luego dejas unos meses y ya vas a por lo otro. Aproximadamente sobre los dos años todas las tetinas deben desaparecer.
Con respecto a las tetinas del biberón, suele ser algo sencillo, ya que la mayoría de niños a esta edad ya saben beber de vaso o con pajita. Si, además, hay hermanos mayores a los que quieran imitar, mejor que mejor. Muchas veces es más pereza nuestra como padres. Así que, ¡ánimo!
Si aún usa chupete de día y de noche, no va a ser muy sencillo quitárselo de golpe, así que paso a paso. Por eso, desde el año deberías estar trabajando el que el chupete sea sólo para conciliar el sueño nocturno y poco más, evitando su uso durante el día, que sea sólo en momentos muy, muy puntuales. Así será más fácil dejarlo. Si ya estás en los dos años y lo usa tanto de día como de noche, comienza por evitarlo durante el día. Es posible que te lo pida en cualquier momento, pero intenta entretenerlo con cualquier cosa, para que no se acuerde de él. Cuando ya tengáis bien afianzado el día, plantead la noche.
Cada uno tiene su forma de abandonarlo completamente. Hay niños que no necesitan ninguna explicación y lo dejan sin más un día, otros niños a los que les viene bien enterrar su chupete para su proceso “de duelo” y otros a los que le viene bien una justificación como que se lo van a llevar los Reyes Magos o se lo va a dar a un nuevo bebé que venga a la familia. Son distintas maneras de comprender el porqué tienen que dejar ese elemento que les ha acompañado tanto tiempo y al que le suelen tener bastante apego.
Ayudémosles a hacerse “mayores”.