PÉRDIDA DE UN HIJO
La muerte perinatal es un acontecimiento muy doloroso, por lo que es importante que el entorno y la sociedad aprenda a tratar este tipo de luto. Hablamos con Paul Cassidy, sociólogo e investigador en la asociación Umamanita, para saber cómo podemos acompañar a las madres y padres en estos casos.
La muerte perinatal -un acontecimiento doloroso y complejo que implica la pérdida de un bebé antes, durante o después del parto- plantea desafíos emocionales significativos para las madres, los padres y su entorno. Para dar soporte a las familias en estos momentos tan difíciles, en España existe una asociación llamada Umamanita, que acompaña a las madres y padres durante el luto. Ellos hacen un trabajo importantísimo para conseguir sobrellevar una de las peores pesadillas a la que se puede enfrentar una persona: la pérdida de un hijo.
Pero aparte de la ayuda profesional, estas familias también necesitan sentirse arropadas por el resto de personas de su círculo más cercano, así como por la sociedad. Sin embargo, la muerte de un hijo durante la gestación o en el parto es un hecho tan traumático que a menudo resulta difícil de gestionar desde fuera. Por eso, en NovaMás hemos entrevistado a Paul Cassidy, sociólogo e investigador en la asociación Umamanita, quien nos ha compartido sus conocimientos sobre los desafíos emocionales más comunes y la necesidad crucial de un acompañamiento psicológico efectivo.
La muerte perinatal a menudo irrumpe en la vida de las familias como un shock traumático. Paul Cassidy, en su calidad de sociólogo, destaca cómo las dinámicas sociales del duelo perinatal se manifiestan de manera única. "Como la muerte perinatal no es un tipo de muerte muy conocido en la sociedad, las mujeres a menudo experimentan un enorme shock", explica. Este impacto inicial a menudo lleva a un elevado porcentaje de mujeres a sufrir de estrés postraumático después de una muerte perinatal.
El entorno hospitalario, donde se supone que se celebra la llegada de nuevas vidas, se convierte en un escenario de dolor y confusión. Cassidy destaca cómo las madres se enfrentan al trauma de estar en un entorno donde parece que todas las demás mujeres están celebrando la vida, mientras ellas enfrentan la pérdida. "Es un impacto muy fuerte", asegura.
Además del trauma inicial, surgen una serie de complejidades durante la evolución del duelo perinatal. Durante el embarazo, las mujeres asumen roles de cuidado y planificación, formando una identidad de madre. Cuando ocurre la muerte de bebé, la sociedad y, a veces, incluso los profesionales de la salud, niegan este rol de madre o de padre que han creado los progenitores durante la gestación. "Es como una especie de sanción social o como una reacción negativa y eso lo que tiende a hacer es animar una autocensura", advierte Cassidy. Las madres y padres pueden sentir que deben ocultar su dolor, ya que la sociedad no reconoce completamente la validez de su duelo.
El silencio en torno a la muerte perinatal es un fenómeno común, alimentado por mitos y malentendidos. Cassidy destaca la importancia de abordar estos mitos para fomentar un entorno de apoyo. "Uno de los problemas que identificamos es el silencio. Pensamos que no hablarlo va a protegerlos o que hablarlo va a hacer más daño. Pero realmente no hay nada que va a hacer más daño que la muerte del hijo o hija", subraya.
El estigma asociado con la muerte perinatal a menudo lleva a comentarios insensibles y despectivos como decir "mejor que haya ocurrido ahora y no más tarde" o "eres joven, ya tendrás más hijos". Cassidy señala la importancia de cambiar la narrativa y ofrecer apoyo efectivo. "Tenemos que estar dispuestos a escuchar, a preguntar sobre el hijo y ver las fotos que se hayan podido tomar con él en el hospital", recomienda el sociólogo.
Si esto no se da, la falta de comprensión social puede conducir a un aislamiento. El entorno, incluidos los profesionales de la salud, debe estar dispuesto a escuchar y ofrecer apoyo continuo. "Tiene que haber un cambio en la percepción social", apunta. Romper el silencio implica no solo reconocer el dolor, sino también validar la experiencia de los progenitores como madres y padres.
Cuando las familias consideran concebir nuevamente después de una muerte perinatal, surgen temores adicionales. El miedo a la pérdida y la ansiedad en torno a fechas significativas pueden afectar profundamente a las madres. La atención sanitaria desempeña un papel crucial en este proceso.
"Sí, es muy complicado el segundo o tercer embarazo", admite Cassidy. El miedo al apego y la preocupación por la seguridad del nuevo embarazo plantean desafíos complicados de sobrellevar.
La atención sanitaria debe ser sensible y personalizada en estos casos, reconociendo la ansiedad persistente y ofreciendo apoyo continuo. "Los profesionales de la salud no deberían infravalorar esas preocupaciones de una madre y aún menos cuando antes ha perdido un bebé. Deberían hacer lo que puedan para entenderlo", enfatiza Cassidy.
La investigación en el ámbito de la muerte perinatal es esencial para comprender mejor sus causas y encontrar estrategias efectivas de prevención. Cassidy, como investigador de Umamanita, destaca la importancia de iniciativas como el Safer Baby Bundle implementado en Australia, que se centra en la monitorización del embarazo y la detección temprana de problemas.
Desde la asociación, a pesar de la falta de recursos, estudian las estadísticas relativas a la prevención. "Nos interesa saber cuántas muertes se pueden prevenir", comparte Cassidy. Estrategias específicas, como la monitorización del crecimiento fetal y la educación sobre los movimientos del bebé, han demostrado ser efectivas en otros países.
A pesar de que el porcentaje de mortalidad perinatal en España no es el más alto de Europa, Cassidy destaca la necesidad de una estrategia nacional integral. "No existe una estrategia nacional que recopile objetivos y buenas prácticas y estándares ni en atención al duelo, ni para reducir la mortalidad", subraya. Abogar por la implementación de estrategias preventivas a nivel comunitario es esencial para reducir significativamente el impacto emocional y las pérdidas perinatales en la sociedad. El investigador asegura que se podrían llegar a evitar 400 muertes perinatales con una buena estrategia.