INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
El estudio ha analizado la presencia de 16 metales en los tampones y algunos de los resultados son bastante preocupantes. A continuación, te resumimos los detalles de las conclusiones extraídas por los expertos de tres universidades estadounidenses.
En España, los tampones no son la opción mayoritaria entre los productos de higiene femenina (las compresas están en primer lugar) y en los últimos años ha ido variando la preferencia de las consumidoras por un cambio hacia un consumo más sostenible (copas menstruales, compresas de tela reutilizables...) y más barato a causa de la inflación. Aun así, los utilizan muchas personas cada mes, sobre todo mujeres jóvenes.
La Universidad de California en Berkeley, la de Columbia y la Estatal de Michigan han publicado un estudio en la revista científica Environment International en el que analizan la presencia de metales en estos productos.
Es la primera investigación que trata sobre esto y los resultados han puesto en alerta a los científicos: "Es preocupante que hayamos encontrado concentraciones de todos los metales que analizamos, incluidos metales tóxicos", explica Jenni A. Shearston, autora principal e investigadora postdoctoral de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley y del Departamento de Ciencias Ambientales, Políticas y Gestión de la Universidad de California en Berkeley.
Otra de las coautoras del estudio, Kathrin Schilling, profesora adjunta de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, recuerda que en nuestra vida diaria estamos expuestos a cantidades muy pequeñas de metales tóxicos que no son perjudiciales para la salud, pero que las mujeres y personas menstruantes están más expuestas a ellos porque "nuestro estudio muestra claramente que los metales también están presentes en los productos menstruales".
A todo esto, hay que añadir que la piel de la vagina tiene más capacidad de absorción de sustancias químicas si se compara con la piel de otras partes del cuerpo.
En concreto, la investigación ha estudiado estos 16 metales: arsénico, bario, calcio, cadmio, cobalto, cromo, cobre, hierro, manganeso, mercurio, níquel, plomo, selenio, estroncio, vanadio y zinc.
Los análisis se han hecho en 30 tampones de 14 marcas de Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido, y los resultados son preocupantes: en todos los tampones analizados estaban presentes estos metales, "ninguna categoría tenía concentraciones consistentemente más bajas de todos o la mayoría de los metales".
Lo que más alarma es la presencia de arsénico (2,56 nanogramos/gramo), cadmio (6,74 ng/g), plomo (120 ng/g), calcio (39.000 ng/g) y zinc (52.000 ng/g).
El estudio considera que el plomo "no tiene un nivel de exposición seguro" y se encontró más en los tampones no orgánicos. Mientras que los niveles de arsénico fueron más altos en los tampones orgánicos.
Los investigadores admiten que no han podido comprobar si los metales pueden filtrarse a través del epitelio vaginal hacia los vasos sanguíneos y remarcan que es importante hacer más estudios para llegar a una conclusión clara sobre este punto.
Los responsables del estudio afirman que puede ser a través del algodón, uno de los componentes de los tampones, que puede absorber estos metales mientras se cultiva en el campo.
O bien, durante el proceso de fabricación, cuando "podrían agregarse algún pigmento, blanqueador o agente antibacteriano". Por eso, instan a las autoridades a crear una regulación para que los fabricantes estén obligados a analizar los metales en los tampones, "especialmente metales tóxicos", según Shearston.