La convivencia es difícil

¿Es más difícil encontrar pareja cuando llevas mucho tiempo soltera?

En la vida pasamos por diferentes etapas, y si bien hemos podido tener pareja en algún momento, puede que en otro disfrutemos de una etapa de soltería, en la que centrar nuestras energías en nosotras mismas, en nuestro trabajo y en nuestras amistades y familia. La cuestión es que se puede dar el caso de que, sin saber por qué, y sin que siempre sea deseado, nos acostumbramos a esa etapa y cada vez de más pereza pensar en tener pareja, o simplemente parece que nunca llega a cuajar con ninguna de las personas que conocemos.

Chica relajadaiStock

Como dice Sandra Broa , bloggera conocida por compartir sus experiencias en la soltería después de los 30, “una soltera de larga duración es alguien que no ha tenido ninguna relación estable en los últimos cinco años, o que de los últimos diez años, sumando las relaciones que ha tenido, no llegue a los tres”.

Así lo compartió en sus redes sociales, explicando que la soltería de larga duración, para bien o para mal, tiene sus consecuencias. “Cuanto más mayor te haces y más tiempo llevas viviendo sola, más maniática te vuelves. También tienes más claro lo que quieres y aguantas menos tonterías que cuando tienes veinte años... así que se vuelve cada vez más difícil encontrar a alguien a quien aguantes sin problemas”. Manías de las que además, según Broa, “casi nunca te das cuenta hasta que dejas de vivir sola y tienes que volver a convivir con alguien”.

Precisamente la sexóloga Raquel Gargallo explica que la dificultad de cuajar con alguien cuando se lleva mucho tiempo sola es uno de los temas que le suelen consultar como experta. “Siempre explico que es algo natural, es un cambio de etapa en el que antes compartías todo contigo misma y ahora empiezas a compartir tu vida con otra persona”.

Lo primero que recomienda la experta es aprender a hacer balanza sobre lo que realmente queremos y deseamos. “Necesitamos desprendernos de la necesidad imperiosa de tener pareja por establecimiento social, edad, qué pensarán de ti, o sí o sí quiero que me quieran…”. También insiste en que no se trata de cuadrar con la primera persona que nos crucemos, ya que hay relaciones que simplemente no cuajan porque las personas no son afines, no porque lleven demasiado solteras.

Pareja | iStock

Como contrapunto, Gargallo expone que este periodo de soltería también puede beneficiarnos para “dar valor a todo lo que hemos aprendido en esa etapa y poder compartirlo cuando conozcamos a alguien y ver si hay conexión, si nos valora, si nos entiende, si lo comparte, si hay afinidad…”.

Una vez que tenemos claro que realmente queremos apostar por esa relación, para superar los hándicaps que suponen haber vivido mucho tiempo sola, la experta aclara que la clave estar en aprender a ser más flexibles y entender que se trata de crear un nuevo espacio y normas comunes. Algo que no siempre resulta sencillo, ya que “hay personas que se cierran y se mantienen rígidas, en parte también por cierto miedo al cambio y a la pérdida de control de la situación”. De esta forma apuesta por “volverse un experto en la negociación”, y en entender que al fin y al cabo “manías tenemos y nos creamos todos, pero esto no puede bloquear poder tener una relación maravillosa y disfrutar de todo lo que esto te puede aportar”.

Por último, Gargallo remarca que la parte positiva de haber disfrutado de una soltería de larga duración es precisamente que se pierde el miedo a la misma, lo que supone menos estrés en la gestión de la relación. Así, “estar cómodas y felices en este estado, nos hace evitar el sufrimiento que pensamos que podríamos tener si conocemos a alguien y no funciona”.