HONGO DE TÉ
La nutricionista Marina Jiménez nos desvela los pros y contras del té moderno.
Hay quien todavía se extraña al escuchar hablar sobre la kombucha, un té dulce que se elabora mediante la fermentación de un hongo y el cultivo de levaduras y bacterias. Sin embargo, durante los últimos años, la aparición de nuevas marcas –como Komvida– en el mercado nacional y europeo ha ido popularizándola hasta convertirla en la bebida de moda.
Ahora bien, sus supuestas propiedades saludables son las razones por las que esta bebida se ha hecho tan conocida. Pese a que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) informó hace unos meses de que “no existe evidencia científica que garantice estas propiedades”, todas las productoras de kombucha la comercializan poniendo el foco en sus beneficios.
Con la intención de poner fin a esta batalla de informaciones, desde NovaMás hemos hablado con la nutricionista y dietista, Marina Jiménez. Así pues, nos asegura que “los probióticos, las vitaminas –sobre todo del grupo B y C–, los aminoácidos, enzimas y algunos ácidos beneficiosos como el ácido láctico, acético y glucurónico” son los que hacen que realmente sea “una bebida saludable siempre y cuando esté hecha a base de ingredientes ecológicos, naturales y esté libre de edulcorantes o aditivos”.
Los pros y contras de la kombucha
Según la dietista, cuando marcas como Dr. Kombu garantizan que sus bebidas “contienen fermentos vivos que van a contribuir de forma saludable a cuidar la flora intestinal”, están siendo veraces. A pesar de que la kombucha no es demasiado recomendable en personas que padezcan sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), normalmente esta bebida “refuerza el sistema inmunitario, mejora problemas digestivos, regula el tránsito intestinal y mejora los niveles de energía”.
Cierto es que este té contiene pequeñas cantidades de azúcar y alcohol, generados de manera natural durante el proceso de fermentación. Pero lo más importante que debemos tener en cuenta a la hora de leer su etiqueta es que “no contenga ningún ingrediente que empiece por la letra 'E', aromatizantes o saborizantes artificiales y un contenido en azúcar mayor de 5 g / 100 ml”, informa la nutricionista.
La kombucha, ¿refresco o bebida saludable?
Aunque la kombucha podría confundirse con un simple refresco -ya que es refrescante y existen distintos sabores que hacen todavía más apetecible su consumo- Marina Jiménez recalca que “es más adecuado vender este producto bajo el nombre de bebida saludable”. Y es que, “la mayoría de refrescos que se comercializan hoy en día, no confieren propiedades saludables, al contrario, están llenos de edulcorantes y azúcares”.
Existen otras bebidas saludables similares a la kombucha hechas a base de agua y gas, como Whole Earth, aunque esta contiene jarabe de agave, “cosa que le añade más contenido en azúcares, por lo que lo encuentro un poco innecesario”, comenta Marina Jiménez.
Gracias a que van a favorecer el crecimiento de bacterias saludables en el intestino, Marina es partidaria de “basar la alimentación en alimentos propiamente ricos en probióticos, ecológicos y sin procesar, tales como el chucrut, el quéfir de cabra o el vinagre de manzana no pasteurizado”. Por lo tanto, si no tienes SIBO y estás pensando en sustituir los refrescos por la kombucha, lo más probable es que estés escogiendo el camino correcto.
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