PICORES Y ARDORES EN LA ZONA ÍNTIMA
Toma precauciones para evitar los hongos vaginales y este verano huye de la candidiasis vaginal como del calor.
Irritación, picor, sensación de ardor e incomodidad generalizada en la vulva, ¿te resulta familiar? Seguro que sí, se trata de los principales síntomas que provoca la infección por hongos vaginales.
Si, por el contrario, tu respuesta ha sido que no y nunca has padecido candidiasis vaginal, ¡considérate una mujer afortunada! Eres una excepción, dado que la estadística afirma que 3 de 4 mujeres padecen esta infección un par de veces a lo largo de su vida.
¿Por qué es tan común contraer candidiasis? ¿Qué hace que en época estival seamos más propensas a contagiarnos de hongos? En NovaMás te lo explicamos. Sigue leyendo.
¿Qué puede alterar el equilibrio fúngico de la vagina?
Hay diversas circunstancias que pueden desembocar en una infección por hongos como puede ser el uso excesivo o prolongado de antibióticos, el embarazo, una diabetes no controlada, el consumo de anticonceptivos orales o terapia hormonal que aumenta los niveles de estrógenos o, simplemente, un sistema inmunitario deteriorado.
No obstante, el responsable mayoritario de las infecciones por hongos vaginales es el hongo Candida albicans. Normalmente, vive en equilibrio con el resto de hongos que habitan nuestra vagina y que son los encargados de mantener un PH neutro en la flora vaginal.
Sin embargo, este equilibrio puede romperse cuando una de las cepas se reproduce demasiado o penetra en capas de tejidos más profundos. Ambos procesos perturban el buen funcionamiento del organismo y pueden provocar infecciones más difíciles de tratar o que requieran un tratamiento más agresivo.
¿Qué podemos hacer para prevenir la candidiasis?
Una de las iniciativas que podemos tomar para reducir las posibilidades de contagio es usar ropa interior de algodón que quede un poco holgada. De este modo permitiremos a nuestra piel estar en contacto con un tejido natural y que transpire de forma adecuada.
Es recomendable también evitar una higiene extrema con jabones químicos o productos muy perfumados para no alterar la flora, así como toallas higiénicas o tampones.
También es aconsejable no estar demasiado tiempo con la ropa de baño mojada -tal como en NovaMás os avanzábamos en este artículo- ni ser un asiduo de piscinas, baños termales ni jacuzzis.
El verano no es una buena época para seguir estas recomendaciones, pues solemos tomar una -o dos- duchas diarias, además de disfrutar de largos baños en la piscina o en la playa. La humedad permanece en la braga -cuyo tejido no suele ser de algodón- y propicia el desequilibrio de la flora vaginal.
¿Cuáles son los tratamientos más efectivos?
La candidiasis se suele curar en pocos días usando medicamentos antimicóticos (antifúngicos). Los más comunes son cremas para aplicar en la zona externa de la vagina o bien óvulos vaginales de venta libre en farmacias, para introducirlo en la vagina y actuar desde dentro. También puedes tratar la infección por hongos vaginales con un comprimido de una sola toma y que tu organismo lo procese para obtener un efecto más inmediato.
Lo más recomendable es acudir a un especialista médico para que identifique qué infección fúngica tienes y te recete el mejor tratamiento según tu caso -pues varía si padeces alguna afección previa como la diabetes, si estás embarazada o eres madre lactante, por ejemplo-.
Sea cual sea el tratamiento que sigas, lo más importante es que lo termines y mientras lo tomes evites introducir ningún objeto en la vagina. El sexo vaginal y el oral también están desaconsejados hasta que la infección vaginal se haya curado, dado que puede agravar los síntomas o producir complicaciones.