Sin riesgos
Si algo bueno podemos sacar de esta situación es que las medidas higiénicas de limpieza y desinfección se están tomando más en serio que nunca.
Si algo malo podemos sacar de esta época en la que vivimos es que la cantidad de bulos a los que nos vemos expuestos cada día nos desborda.
Todos queremos hacerlo bien y, para hacerlo bien, tenemos que saber de lo que hablamos y qué es cierto y qué falso. Tenemos miedo, es lógico, pues frente al miedo, conocimiento. Para conocer los productos más eficaces de cara a la limpieza, debemos ser conscientes de dos cosas:
- La transmisión es por contacto, es decir, tocar una superficie contaminada o no respetar la distancia de seguridad y que las gotitas que transportan al virus del contagiado, lleguen a ti. Esto significa que lo primero que debemos tener claro es que bajo ningún concepto nos podemos tocar la cara hasta que nos lavemos las manos. Es difícil, lo sé, pero hay que esforzarse.
- El virus se inactiva fácilmente con diferentes (y muy comunes) productos de limpieza. Esta última es importante porque fuera del cuerpo es virus aguanta un máximo de nueve días (dependiendo del material, humedad, temperatura), aún no está claro si infecta igual el día uno que el cinco pero por si acaso, lo trataremos como que sí, seamos cautos.
Este virus se transmite rápido y hasta siendo asintomáticos podemos contagiar si estamos infectados pero desde el punto de vista de la limpieza es bastante sencillo de eliminar.
En su estructura tiene una capa lipídica que queda inactivada con productos que tienen tensioactivos. Es una palabra extraña pero lo tenemos en casi todos (por no decir todos) los productos de limpieza. Mirad, el ejemplo: si ponéis aceite en agua, se forman dos capas que no se mezclan. Cuando ponemos un tensioactivo (pensad en detergente), lo que ocurre es que se forman pequeñas gotitas de aceite porque se ha roto la capa grande. El tensioactivo rompe la tensión superficial que se había formado y “obliga” al aceite, a protegerse del agua en pequeñas gotas. Bien, pues esto hacen los tensioactivos con la capa lipídica del virus, la desestabiliza e inactiva la capa superficial. Sin ella no puede infectar.
¿Y dónde encontramos los tensioactivos?
En casi todos los productos de limpieza. Detergente, limpiador de suelos, limpiadores multiusos… así que podéis mirar la etiqueta de los productos que tengáis y utilizarlos con confianza.
No olvidéis que no por añadir más, vamos a limpiar mejor, sólo la primera capa de producto será la que esté en contacto con la superficie así que no hagáis demasiada espuma que deja residuos y es más difícil de limpiar.
Es mejor con agua caliente pero no porque afecte al virus, (el agua no sale a 70 grados y encima os quemaríais), sino porque facilita la limpieza.
El jabón de lavar la ropa también tiene tensioactivos así que podéis seguir lavando la ropa de forma habitual, aunque si hay algún positivo en casa, sí es recomendable que se haga sobre 60 grados. Lo más correcto es recogerla en la bolsa y llevarla a la lavadora. Si no hay contagiados, lo que hagáis normalmente. No es necesario quitársela a la puerta de casa si habéis ido a la compra y nada más. Otra cosa son los sanitarios y expuestos, que también deberían lavarlo a esos 60 grados y quitárselo al entrar.
Además de estos detergentes con tensioactivos, hay otros compuestos que también sirven para inactivar al virus, unos como la lejía porque lo oxidan y otros como el alcohol porque estropean sus proteínas.
La lejía es muy eficaz en dosis bastante bajas así que sería suficiente con dos cucharadas soperas por litro. Si llenamos a la mitad nuestro cubo de fregar el suelo, con 10 cucharadas soperas habríamos conseguido una dosis eficaz.
Muchos limpiadores de suelo y superficies tienen lejía y tensioactivos, también estarían indicados para estas limpiezas.
Incluso los limpiadores sin lejía que indican que son bactericidas están demostrando eficacia frente al coronavirus, cumplen la normativa y están validados para bacterias y virus similares. Por supuesto, en su composición están los tensioactivos.
En el caso de pantallas y superficies que tocamos habitualmente como el teclado del ordenador que no podemos limpiar con jabón, lejía o limpiadores habituales, podemos usar alcohol con un papel de cocina, la medida es eficaz tantas veces como queramos, pero sin olvidar que nuestras manos también deben estar limpias a la hora de manipularlo.
En todos los casos es correcto utilizar el papel de cocina y evitar manipular trapos si no es con las manos limpias. No olvidéis que las bayetas deben lavarse con frecuencia en la lavadora a más de 60 grados, con coronavirus y sin él, pero ahora más.
El jabón también tiene tensioactivos así que para nuestras manos es lo realmente indicado.
De lo que no hay ninguna evidencia es que el vinagre o el amoniaco sean efectivos, tenemos productos suficientes así que es mejor utilizar lo que sí ha demostrado que funciona.
Por supuesto, la mezcla de productos está contraindicada, hoy y siempre. Se pueden generar compuestos nuevos tóxicos al mezclarlos y podrían emitir vapores que son perjudiciales para nosotros.
Así que ya tenéis la información, necesitamos las manos para limpiar y la cabeza para saber con qué hacerlo.