NIÑOS DESAFIANTES

¿Tu hijo te reta? Así deberían actuar los padres ante estas situaciones

Los comportamientos desafiantes de los hijos aparecen en distintas etapas, no es algo propio solamente de la adolescencia. De hecho, en los primeros años suelen aparecen muchos comportamientos de este tipo. Es importante instaurar con firmeza y amor los límites infranqueables.

Un niño ha pintado la parediStock

En el viaje de la crianza, nos encontramos con una amplia gama de desafíos, algunos de los cuales pueden parecer inesperados. Uno de estos desafíos es enfrentarnos ante nuestro hijo, que nos desafía con una sonrisa. Esos momentos en los que, a pesar de sus travesuras o desobediencia, no pueden evitar esbozar una sonrisa traviesa... este comportamiento para muchos padres es frustrante e incluso confuso.

Sin embargo, la crianza consciente nos invita a reflexionar sobre estos momentos y a responder de manera amorosa y comprensiva pero firmes.

Qué hacer cuando los hijos te retan

  • Entendiendo el comportamiento

    Antes de abordar cómo responder a estos desafíos, lo primero de todo es comprender por qué los niños a veces optan por desafiar con una sonrisa. Para muchos hijos, esta puede ser una forma de problar y explorar su autonomía.

  • Practicar la calma

    Lo primero que podemos hacer es respirar profundamente y recordar que nuestra respuesta influye directamente en la situación. Mantener la calma nos permite pensar con claridad y responder de manera más efectiva.

  • Enseñar estrategias de gestión emocional

    Vamos a ayudarle a desarrollar habilidades para gestionar sus emociones de manera positiva. Esto lo podemos hacer mediante técnicas de respiración, mindfulness o la práctica de actividades que les ayuden a calmarse, como puede ser dibujar o escribir en un diario.

Niña practicando la relajación | Pexels
  • Validar emociones

    En lugar de reaccionar con lo que nos saldría en automático, que es enfado o frustración, vamos a validar las emociones del niño. Reconocer sus sentimientos y hablarles desde un lugar de comprensión. Por ejemplo, podríamos decir: "Parece que esto te ha causado gracia, es importante que sepas que en estos momentos no hay que reirse...".

  • Establecer límites

    Una vez que el momento haya pasado, y que el niño se encuentre en calma, tal vez cercana a su hora de dormir, podremos retomar y establecer límites claros y consistentes. Hacerlo de una manera amorosa y compasiva, es decir, vamos a explicar las expectativas de su comportamiento, pero sin recurrir a amenazas o castigos excesivos.

  • Comunicación

    Animar a nuestro pequeño a expresar sus emociones, permitiendo que sea de manera saludable. Enseñarles que está bien sentirse frustrado o molesto, pero que en nuestra casa nos esforzamos por hacerlo de manera respetuosa y asertiva.

  • Seamos su ejemplo

    Recordamos que nuestras acciones hablan más fuerte que las palabras. Modelar un comportamiento positivo y respetuoso en todo momento para que el niño pueda aprender de nuestro ejemplo. Esto implicará evitar, en otras ocasiones, ser nosotros quienes reaccionemos o respondamos de forma sarcastica, irónica o burlona.

En última instancia, tengamos muy claro que educar a un hijo que desafía con una sonrisa traviesa, nos va a requierir paciencia, comprensión y una dosis saludable de empatía.

La crianza consciente nos invita a ver este desafío como oportunidad de crecimiento y aprendizaje, tanto para nuestros hijos como para nosotros mismos. Al adoptar un enfoque amoroso y compasivo, podemos fomentar una relación sólida y significativa con nuestros hijos, basada en el respeto mutuo y confianza.