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Hígado graso: ¿Qué es y qué riesgos supone en tu salud?

¿Conoces a alguien que tenga el hígado graso? Es muy probable que sí, pero que ni tú ni la persona que lo padece lo sepa. Se trata de una afección que suele ser silenciosa -sin una sintomatología específica- y cada vez más personas la sufren. Conoce en este artículo en qué consiste y qué riesgos supone para tu salud.

Varón aquejándose de dolor del costado en el que se encuentra el hígadoiStock

Es posible que no hayas oído hablar del hígado graso, pero aunque no la conozcas, resulta que es una afección silenciosa que puede ser muy peligrosa y cada vez más común.

Es importante conocer los factores de riesgo y tomar medidas preventivas para evitar su desarrollo, dado que si se detecta en una fase temprana, se puede tratar y prevenir complicaciones graves en el futuro.

En este artículo de NovaMás te explicamos en qué consiste esta enfermedad, te animamos a descubrir los tipos que hay, y cómo de importante es prevenirla, dado que es una afección sintomática que puede ser peligros. ¡No te pierdas detalle!

¿Qué significa tener el hígado graso?

El hígado graso -también conocido como esteatosis hepática- es una afección que se produce cuando se acumula un alto porcentaje de grasa -sobre todo de triglicéridos- en las células hepáticas, que puede ser perjudicial para nuestra salud.

Cuando la acumulación de grasa se debe a factores como la obesidad, la diabetes o el colesterol alto, se le considera hígado grano no alcohólico (HGNA). Sin embargo, hay una tipología de esta afección que es una consecuencia de consumir alcohol en exceso y recibe el nombre de hígado graso alcohólico (HGA).

Sintomatología y diagnóstico del hígado graso

Las personas que la padecen esta afección pueden sentirse cansadas y sufrir molestias intestinales leves, pero normalmente es una afección asintomática. Este hecho complica el diagnóstico en muchas personas que no se hacen un hemograma completo de forma regular, pues con tan solo con una analítica se puede determinar el diagnóstico.

Si el examen de la sangre no es suficiente, el médico de referencia puede solicitar pruebas más específicas como una ecografía abdominal o una resonancia magnética. Si las pruebas no son concluyentes, siempre se puede confiar en una biopsia del tejido hepático, que, aunque un poco molesta, es un procedimiento con resultados irrefutables.

Riesgos de padecer hígado graso

Esta afección puede desencadenar una inflamación en el hígado, lo que se conoce como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y si esta no se trata, puede provocar una fibrosis hepática, que es el endurecimiento del hígado y puede evolucionar a una cirrosis hepática.

Además, el hígado graso puede aumentar el riesgo de padecer otras enfermedades, como enfermedades cardíacas o diabetes tipo 2. Por lo tanto, es importante tomar medidas preventivas para evitar el desarrollo del hígado graso.

Cuáles son los factores de riesgo del hígado graso

Entre los factores de riesgo para el hígado graso no alcohólico se encuentran la obesidad, la diabetes, la resistencia a la insulina, el colesterol alto y la hipertensión. Para prevenir el desarrollo del hígado graso es importante llevar un estilo de vida saludable, lo que incluye una alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, evitar el consumo excesivo de alcohol y no fumar.

Si se detecta el hígado graso en una fase temprana, se puede tratar mediante cambios en el estilo de vida -como el control de la dieta y la práctica de ejercicio de forma regular- para conseguir recuperarse en un periodo que oscila entre 6 meses y un año aproximadamente. En casos más graves, se pueden recetar medicamentos o tratamientos específicos para la EHNA y se alarga el periodo de recuperación.