BOTIQUÍN BÁSICO
Las consultas más frecuentes y que más alarman a los propietarios son las heridas, ya que suelen ser muy ´´escandalosas¨ y parecer, en la mayoría de los casos, más graves de lo que realmente son.
Desde el momento que entra una mascota en casa debemos tener claras unas acciones rutinarias de su cuidado. Aparte de alimentarlos y llevarlos al veterinario, debemos tener un botiquín básico para los contratiempos que puedan surgir en el día a día.
Obviamente siempre hay que llamar al veterinario y confirmar que no es nada urgente, pero aquí tenéis unos consejos básicos que os ayudarán hasta que puedan ser revisados por su médico habitual.
Cuando sacamos a pasear a nuestro mejor amigo y le soltamos para que corra tras la pelota, es fácil que se golpee una uña con alguna piedra y se la rompa o se corte en la almohadilla con algún cristal, con el consiguiente sangrado que parece que no se va a acabar nunca. En esos casos lo mejor es buscar una fuente y lavar bien la pata. Normalmente no tendremos nada para poder tapar la herida o como mucho un pañuelo de papel que tampoco ayudara demasiado. Lo mejor es ir directos a casa, volver a limpiar bien la zona y esta vez usar jabón para eliminar el máximo posible de restos de tierra y materia orgánica de la zona. Echaremos algún desinfectante ya sea betadine o clorhexidina y dejaremos la zona tapada con unas gasas y esparadrapo hasta que el veterinario pueda revisarlo y terminar de evaluar el daño.
Otra situación frecuente y mucho más desagradable es el encontronazo con otro perro que acaba en pelea y el consiguiente mordisco. Aquí la urgencia depende de la profundidad de la herida y la zona del cuerpo afectada. Lo más importante es saber que NO PODEMOS METERNOS EN MEDIO para intentar separarles. Debemos buscar una manguera o alguna correa para distraerlos pero sin riesgos para nuestra integridad ya que cuando se pelean no son capaces de distinguir que somos sus dueños y podemos acabar muy mal parados.
Una vez los hemos separado, debemos evaluar el daño, coger los datos del otro propietario, ver si podemos lavar algo las heridas y acudir lo antes posible al veterinario. MUCHO CUIDADO AL TOCAR LA ZONA LESIONADA, ya que suelen estar en estado de hiperexcitación y pueden reaccionar de manera agresiva si ven que nos acercamos a sus heridas.
Las mascotas que no salen de casa también están expuestas a heridas. En invierno son frecuentes las quemaduras ya sean por acercarse demasiado al radiador, como los gatos o por dormir cerca de los tubos de escape de los vehículos del garaje. Del mismo modo, las mantas eléctricas son muy mala idea aun en la potencia mínima. Los animales no son capaces de notar el calor de igual manera que las personas ya que su capa de pelo y grasa subcutánea les aísla más y cuando notan que el calor es excesivo, ya están sufriendo una quemadura.
Lo primero que notamos es que una parte del pelaje esta apelmazado, les molesta el roce en esa zona y al tacto lo notamos húmedo. El pelo se cae solo de toda la zona y aparece una herida extensa, rojiza con la parte central más blanquecina y supurante. Es muy doloroso y probablemente nos cueste mucho limpiar esa zona. Debemos acudir rápidamente al veterinario ya que necesitara antibiótico vía oral, analgésicos y según la extensión y profundidad, pomadas o apósitos especiales para regenerar la zona.
En verano son más frecuentes los eccemas, ya sea por quedarse húmedos tras un baño o por acción de parásitos como sarnas, gusanos o leishmaniosis entre otros. Siempre viene bien rasurar el pelo de la zona, lavar con agua y jabón y aplicar algún desinfectante, pero es fundamental que el veterinario lo revise lo antes posible y determine la causa para poder establecer el tratamiento más adecuado.
Son muchas las causas de lesiones y heridas en las mascotas y la gravedad depende siempre de la profundidad y la extensión de las mismas. Solo un veterinario puede evaluar cómo de urgente es y si es necesario intervenir para cerrar con puntos o grapas las mismas.
La mejor manera de ayudar a nuestra mascota es mantener la calma y acudir siempre al veterinario, aun cuando parezca una herida menor.