PLACER FEMENINO
Ni eyaculación femenina, ni orgasmo. Te explicamos cómo alcanzar una de las experiencias sexuales femeninas más deseadas.
Debido al gran desconocimiento y a la ignorancia generalizada respecto la sexualidad femenina, muchas mujeres se sienten confusas al ver cómo en medio de una relación sexual expulsan un líquido transparente en gran cantidad.
De hecho, es muy frecuente que, cuando esto ocurre, la persona piense que se ha meado encima. En algunos casos, el desconocimiento hacia esta experiencia provoca que algunas mujeres, al sentir la sensación de que algo va a bajar de su vagina, se asusten y lo quieran detener.
Afortunadamente, el empoderamiento y la reivindicación del placer femenino ha ido poniendo nombre a las diferentes experiencias sexuales que las mujeres podemos sentir, más allá del orgasmo. Una de estas es el squirt, un fluido vaginal que puede aparecer en un momento de excitación durante la relación sexual (con una misma o con otra persona).
A veces, se ha comparado con la eyaculación masculina, pero poco tiene en común. El squirt no se consigue a través de la masturbación normal y corriente, sino que, influyen toda una serie de factores que favorecen a que se "abra el grifo".
Aunque se dice que la mejor manera de conseguir un squirt es que aparezca de manera natural, sin forzarlo, existen algunas técnicas para intentar provocarlo. A continuación, te explicamos, paso a paso, cómo puedes llegar a él.
¿Todas podemos tener un squirt?
Ahora viene la parte mala: no todas las mujeres pueden hacer un squirt. Antes que nada, tienes que ser consciente que, aunque te pases la vida intentándolo, quizás nunca consigas este objetivo. El squirt depende de las glándulas de Skene, responsables del líquido que se expulsa al squirtear.
Pero no todas las mujeres tienen la misma predisposición para expulsar este líquido, que, por cierto, es una mezcla de orina y secreciones prostáticas. De hecho, cuanto menor sea el tamaño de estas glándulas, más difícil es conseguir el squirt.
Por desgracia, esto no es algo que podamos detectar observando la vagina en el espejo. Así que conseguirlo o no es cuestión de ir probándolo.
El squirt paso a paso
Dicho esto, vamos a explicaros una sencilla técnica para lograr expulsar el squirt. Puedes practicarla mediante la masturbación contigo misma o bien con tu pareja. Lo importante es crear un clima de máxima relajación y excitación. Y, sobre todo, tener paciencia; esto no se consigue deprisa y corriendo.
Estimulación del punto G
Para localizar el punto G, debes introducir los dedos en la vagina, subir un poco hacia arriba y dejarlos en forma de gancho. A continuación, debes palpar una pared interna que tiene textura rugosa, parecida a la del paladar. Una vez localizado este punto (el G), empieza a dar golpecitos suaves.
Cuando la excitación suba de nivel, acelera el ritmo y no pares. En este punto, deberías empezar a sentir ganas de hacer pipi. Cuando esto ocurra, no te detengas, disfruta del momento y deja que el fluido baje libremente.
Estimulación del clítoris
En la minoría de los casos, hay mujeres que dicen conseguir el squirt solo con la estimulación del clítoris. En este caso, te recomendamos utilizar vibradores o succionadores de clítoris, que te estimularan mucho más y más rápido que la masturbación normal.
Ambos a la vez
Aunque el camino más seguro para conseguir el squirt es estimular el clítoris y el punto G a la vez, práctica que requiere de cierta habilidad. Para ayudarte a llegar a las dos zonas, existen vibradores especializados que alcanzan el punto G a la vez que son succionadores de clítoris.
Por último, recuerda que, ante todo, si no hay una gran dosis de excitación, muy difícilmente vas a lograr el squirt. Y, si aun cumpliendo todas estas condiciones al pie de la letra no lo consigues, no te frustres y disfruta del momento presente. Tal vez, aparezca, sin planificación, el día menos pensado.
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