Consumo
Es fácil aunque de buenas a primeras te pueda parecer complicado: aquí va una sencilla guía para que dejes a tus amigas sin habla en la próxima cena.
Cada vez se consume más vino en España, y es lógico: nuestros vinos son cada vez mejores y la gente en general ha aumentado su cultura al respecto. Por pocos euro puedes encontrar un vino estupendo en la mayor parte de supermercados. Hoy te contamos, de la mano de Ana Lahiguera, Brand Ambassador y enóloga de la DO de Rueda, los trucos para disfrutar de un vino en toda su plenitud: desde cuánto enfriarlo, cómo abrirlo, etc.
¿Los tintos también se enfrían o solo los blancos?
“Los vinos deben ser enfriados según distintos parámetros: la acidez, el contenido de alcohol y los taninos. Por ejemplo, los tintos que tienen más taninos si los sirviésemos fríos (entre 5 y 6 grados), se desequilibrarían en boca, porque esa cantidad de taninos en frío disgusta en boca. Los espumosos también deben ir fríos porque la burbuja provoca acidez”, aclara Lahiguera.
Pero la cosa no es tan sencilla como se venía pensando: blancos a nevera sí, tintos no. “Los blancos jóvenes que no llevan madera, se sirven fríos. Los tintos no deben servirse a más de 20 grados, lo idóneo es entre 12 y 16, y esa temperatura se consigue en un lugar fresco, no en la nevera. Con esto no estoy diciendo que un tinto no deba ir a nevera, sino que debe ir en función de los parámetros que hemos explicado anteriormente”, aclara.
¿Cualquier vino puede guardarse durante años?
“Para saber si puedes guardar un vino debes conocer su procedencia, la acidez es un parámetro para saber si puedes guardarlo. Una alta acidez permite guardarlo más tiempo. Un vino joven, por ejemplo, puedes guardarlo una media de dos años, pero repito, depende de la procedencia”, explica Lahiguera. Por cierto: hay blancos de guarda que pueden durar de 15 a 20 años.
¿Cómo se debe abrir la botella?
“Muchas veces vemos a personas que giran la botella girándola cuando la abren y eso está mal, lo que debe girar es la mano. Y no debemos girar la botella porque los tintos tienen sedimento y al mover la botella lo que haces es que entren en suspensión y eso, aunque no es malo, sí puede resultar desagradable en boca al consumidor”.
¿Cómo servirlo?
Cuidado que no se sirve igual un blanco que un tinto: “El blanco, que debe ir en cubitera o en enfriador, debe servirse en copa más pequeña y por más pequeña nos referimos a que tenga el caliz estrecho, para mantener su temperatura. Además, se sirve menos cantidad que si fuese un tinto. El tinto, por su parte, se sirve en copa más ancha para que oxigene”.
¿Blancos para pescado, tintos para carne?
Pues esto ya no es así. “Un blanco de barrica llena más la boca que uno que no haya pasado por barrica y puede ir perfectamente con una carne”.
¿Cómo conservarlo?
“Si el tapón de la botella es sintético, no es un vino para guardar así que la posición en la que lo tengas da igual. Si el vino va destinado a la guarda, debe ir tumbado, para que el líquido esté en contacto con el corcho”. Pero, ¿y si ya está abierto? “En vinos jóvenes, cuanto más vacía esté la botella, peor, porque habrá mucho aire y el aire es el enemigo del vino. Lo mejor es volver a cerrarla y dejarlo en un lugar fresco, la nevera por ejemplo. Incluso aunque sea un tinto. También hay cierres que son como un émbolo, que van bien. Y por cierto, que lo de la cucharilla con los espumosos es un mito, no sirve para nada. Mejor, un cierre hermético”, finaliza.