MUCHO CUIDADO
El hecho de que un medicamento se venda sin receta no significa que sea inocuo o que permita un uso habitual. De hecho, muchos fármacos tienen grandes contraindicaciones que hace falta conocer para no poner en riesgo la salud.
Los medicamentos de venta libre (o sin receta) son aquellos que, según las autoridades sanitarias, no requieren prescripción médica para su adquisición. Estos productos, en general, ofrecen soluciones rápidas para dolencias leves, como resfriados, dolores de cabeza o alergias. Sin embargo, el fácil acceso a ellos puede llevar a su abuso, lo que puede ocasionar un riesgo para la salud.
El paracetamol es un analgésico y antipirético (baja la fiebre). Aunque es seguro en dosis recomendadas, su abuso puede dañar el hígado, incluso en casos graves, causar insuficiencia hepática. Para adultos, la dosis máxima diaria de paracetamol es de 4 gramos. No debemos mezclarlo con alcohol.
El ibuprofeno es otro analgésico común que, además, tiene propiedades antiinflamatorias. En este caso, su uso prolongado o en dosis altas, puedecausar problemas digestivos (úlceras, sangrado estomacal etc.). Es especialmente peligroso para personas con antecedentes de enfermedades gástricas o renales.
Los descongestionantes nasales son ideales para aliviar la congestión durante un resfriado o una gripe. Estos medicamentos funcionan estrechando los vasos sanguíneos en las vías respiratorias, así se reduce la hinchazón y facilita la respiración. Su uso excesivo puede generar un efecto rebote, empeorando los síntomas y creando dependencia.
Los antiácidos y bloqueadores de ácido, como el omeprazol, la ranitidina y otros, se usan para tratar la acidez estomacal y el reflujo gastroesofágico. Aunque estos medicamentos pueden ofrecer un alivio rápido, su uso prolongado puede alterar la absorción de nutrientes y, en casos graves, debilitar los huesos debido a una deficiencia de calcio y vitamina B12.
Los laxantes son útiles para tratar el estreñimiento ocasional, pero su abuso puede llevar a problemas serios, como la deshidratación y el desequilibrio electrolítico. Las personas que abusan de los laxantes corren el riesgo de dependencia, lo que puede empeorar el estreñimiento cuando dejan de usarlos.
Los antihistamínicos, como la loratadina y la cetirizina, se usan para aliviar los síntomas de alergias estacionales. Si bien son seguros en su uso ocasional, el uso prolongado o en dosis altas puede causar efectos secundarios como somnolencia, boca seca, y, en casos menos frecuentes, problemas de memoria y atención en personas mayores.