Elena Furiase se convierte en madre por segunda vez y desvela el sexo de su bebé
SUELO PÉLVICO
A lo largo del día, el suelo pélvico sufre una fuerte presión por los movimientos que la mujer realiza de forma cotidiana: y si es una embaraza, mucho más, por el peso de la tripa. Si a esta circunstancia sumamos actividades de gran impacto, lo que vamos a conseguir es que las fibras de suelo pélvico se vean lastimadas, dificultando su recuperación tras el parto.
Este tiempo de ejercicios de auto impacto, además, favorece negativamente a que haya una mayor diástasis abdominal (separación de los abdominales), de ahí que la mujer sea consciente de su estado y de que necesita cambiar su forma de realizar un ejercicio físico y también sus hábitos, por ejemplo, no coger peso porque eso puede sobrecargar su musculatura.
Cómo afecta el sobrepeso y la obesidad al suelo pélvico
Una mujer obesa va a tener un parto más complicado que una que está en su peso ideal u óptimo, llegando incluso a que se produzca un parto con fórceps o con ventosas, ya que el bebé no podrá salir con facilidad.
Otra consecuencia negativa de sufrir de obesidad en el embarazo es que ese exceso de peso va a repercutir negativamente sobre el suelo pélvico de la mujer, por eso es necesario controlar lo que se come (quitar las grasas, los azúcares y los alimentos procesados) y también la cantidad que se ingiere.