PSICOLOGÍA

¿Existe la receta de la felicidad? No, pero sabemos cómo son las personas más felices

¿Qué tienen en común las personas que han alcanzado la felicidad como parte de su personalidad?

Para comenzar, primero definamos lo que es la felicidad. Según las distintas corrientes teóricas encontraremos definiciones muy diversas. Sin embargo, en este artículo elegiremos un camino vinculado con la inteligencia emocional para hablar sobre este concepto.

Siguiendo este camino, una definición sencilla de felicidad podría ser: estado emocional agradable en el que las personas se sienten satisfechas.

Se trata de un estado emocional, es decir, un estado transitorio, no permanente. Aun así, a veces utilizamos el concepto de "felicidad" para describir la personalidad de alguien en particular.

Nos puede parecer que una persona es feliz como rasgo de su personalidad. Efectivamente, si ese estado de felicidad es frecuente en nosotros puede convertirse en una parte importante de nuestra personalidad.

¿Qué tienen en común las personas felices?

Hay 5 rasgos comunes que se mantienen en las personas que sienten se sienten felices a menudo:

1. Conectan con el motivo de sus acciones

Las personas felices en general no hacen las cosas "porque sí", "porque toca" o "por hacer". Las personas felices conectan con el motivo de sus acciones, de esta forma realizan sus acciones con intencionalidad y consciencia, lo que les permite integrarse fácilmente ayudando y formando parte de prácticamente todo lo que hacen.

Por ejemplo: voy a mi trabajo no solo porque me pagan, sino porque disfruto de mis funciones y de la compañía de mis compañeros.

2. Buscan aportar

En relación con el punto anterior, el hecho de vincularse con sus acciones y tener una intencionalidad con ellas les permite también aportar su granito de arena. Al estar integrados en sus acciones con las personas con las que compartan esa tarea, les resulta más sencillo encontrar algo que puedan aportar.

Por ejemplo: voy a mi trabajo no solo porque me pagan, sino porque si me esfuerzo, puedo desarrollar mis capacidades y aportar algo diferente a mi equipo.

3. Tienen sueños

Es más fácil tomar las decisiones correctas si tenemos una meta coherente con nuestros valores y deseos. Si yo tengo una meta clara, es más probable que en mi día a día vaya tomando decisiones que me acerquen a ella. Estas decisiones aportan tranquilidad y satisfacción porque me permiten desarrollar mi identidad.

Por ejemplo: voy al trabajo no solo porque me pagan, sino porque si sigo así voy a lograr el puesto que deseo.

4. Mantienen un buen trato con los demás

"Si estoy de mal humor, soy desagradable con los demás", esta frase parece muy lógica, ¿verdad? ¿Y qué pasa si le damos la vuelta?: "si soy agradable con los demás, mi mal humor mejora".

No se trata de ser hipócritas, se trata de hacer lo que está en nuestra mano, lo que depende de nosotros mismos para mejorar las cosas. Incluso en los peores días, podemos hacer algo por mínimo que sea para mejorar nuestro ambiente o circunstancias.

El trato con los demás concretamente, está vinculado directamente con nuestro estado de ánimo. No olvidemos que somos seres sociables.

5. Cuidan su círculo de confianza

Las personas felices se comportan con seguridad y esto les permite crear un círculo de confianza a su alrededor, es decir, personas cercanas con las que sentir apoyo. Es importante esforzarnos un poco en cuidar nuestras relaciones buscando que sean lo más sanas posibles. Hacen actividades que les gustan: ser amables con nosotros mismos es fundamental para ser felices.

Ahora te propongo que traslades todo esto a tu vida: ¿Sientes que tu día a día es un cúmulo de obligaciones? Entonces hay algo que estás haciendo mal. Probablemente dos cosas:

1. No estás conectando con el objetivo de tus acciones.

2. No te estás permitiendo tener momentos para ti. Dentro de tus prioridades deben estar las actividades agradables. Por ejemplo: todos los días puedes reservarte un rato para leer, hacer deporte o charlar con tu círculo de amistades.