¿A que te suenan todas?
Todos conocemos mitos y leyendas urbanas sobre todo tipo de materias: la alimentación es una temática a la que suelen rodear muchas, pero la sexualidad no se queda atrás: entre el desconocimiento generalizado (a pesar de que vivamos en tiempos de sobre información), los tabús, la moral, los miedos … lo cierto es que sobre sexo se oyen y dicen muchas estupideces. Y si eres mujer y además, joven, te tocará escuchar muchas idioteces al respecto. Ahí van unas cuantas, así, cuando las oigas ya sabrás qué hacer: caso omiso.
- La mujer a la que le gusta el sexo es… una guarra. Si tienes claro qué te gusta y qué no, si vives libremente tu sexualidad, en definitiva, si te acuestas con quien te da la real gana, eres una puta. O una zorra, o una guarra, o una fresca… Pon el denominativo que quieras, irá de lo más zafio a lo más polite, pero estará desacreditando tu forma de vivir la sexualidad. Bienvenidas al heteropatriarcado, ese que desde muy jovencitas, nos deja claro que ellos pueden acostarse con quien quieran, y está además bien visto socialmente, pero tú, no. Por simple cuestión de género. Sí, algo hemos evolucionado desde que al deseo sexual femenino se le denominaba “furor uterino”, pero queda mucho por hacer. No dejes que nadie etiquete tu forma de vivir la sexualidad y vívela libremente y siempre, con cabeza.
- Por supuesto, si te tocas también eres una guarrilla. Y no: si te tocas es bueno para ti, primero, por todo lo bueno, fisiológicamente hablando, que genera un orgasmo. Y segundo, porque aprenderás a conocerte, tu cuerpo, tu vagina, que es a menudo una gran desconocida. Así que tócate y quiérete mucho.
- No te acuestes en la primera cita si vas buscando algo serio: otra norma del heteropatriarcado. Y esta máxima se la he oído tanto a hombres como a mujeres: parece ser que si quieres que él te tome en serio y tengáis una relación, no debes acostarte con él la primera noche. Aunque te mueras de ganas. Ajá… ¿en qué noche te acuestas entonces: en la número 5, la número 33, tras el pasar por el altar…? ¿Quién determina esto: tus padres, tus amigos, un magistrado…? En fin, sandeces. Si le gustas y le importas, querrá seguir contigo. Y si tras esa noche desaparece, es que no era tu chico. Punto.
- Los chicos son más infieles que las chicas: idiotez número cuatro. Como si el género fuese lo determinante en esto de poner los cuernos. Pues no: puestos a ser infieles, lo puede ser cualquiera. Y esto nos lleva al siguiente punto.
- Las chicas no son infieles porque tienen sentimientos: la infidelidad no tiene que ver con tener o no sentimientos y además lo anterior es una gilipollez como una casa, ¿los chicos no tienen sentimientos entonces, son patatas acaso? Ser infiel o no tiene que ver con que tu pareja te llene o no te llene, con tu forma de ser, con tus valores, con mil cosas.
- Quien bien te quiere te hará llorar: ayyy el mito del amor romántico y doloroso. Ese que dice que tienes que sufrir para conseguir a tu amado. O que tienes que aguantar según qué cosas (los celos, por ejemplo) porque significan que te quiere. Si te quiere te tratará bien y te hará reír, no llorar. Tatúatelo si hace falta.
- La primera vez duele. Pues no, no tiene por qué doler. Ni tan siquiera se tiene por qué romper el himen, que pueda ser incluso que ni tengas porque se haya roto practicando deporte. No, la primera vez no tiene por qué doler.
- La primera vez es una maravilla: pues tampoco. De hecho las primeras veces el rato se nos va entre el corte, las prisas, el no saber, el no conocernos a uno mismo, al otro.. La primera vez suele ser un desastre, pero no te preocupes, mejorará con el tiempo y la experiencia.
- Es que el preservativo me molesta. O no tengo la misma sensibilidad. O se me baja la erección. Te tocará escuchar mil excusas, lamentablemente, para escurrir el uso del condón. ¿Qué debes hacer? Ser clara meridiana: o con condón o nada (salvo que sea tu pareja habitual y estés muy segura de tu relación).
- Con el sexo oral, no te pillas nada: jajajaja. Es una posible respuesta si alguna vez te lo dicen. Con el sexo oral te puedes pillar exactamente lo mismo que con el sexo vaginal o anal.