CONTRA LA GORDOFOBIA
Tener sobrepeso no denota falta de salud, del mismo modo que estar delgado no es sinónimo de cuidado físico. La apariencia física y el tamaño del cuerpo es una forma peligrosa de diagnóstico.
"Llevo meses con dolor de estómago, he ido al médico y, sin hacerme pruebas, ha diagnosticado que el problema es mi peso". Quizás te suena este comentario, porque le haya pasado a algún conocido o incluso a ti misma.
La idea de que todo dolor o problema de salud desaparecerá al adelgazar es completamente errónea. Las personas con normopeso también sufren dolores, pero las personas gordas necesitan cruzarse con profesionales serios para obtener pruebas adicionales.
La Real Academia Española (RAE) define gordofobia en su cuenta de X (Twitter) como la "aversión u odio a las personas gordas".
Acabamos de plantear un ejemplo en el ámbito sanitario, pero lo vivimos en cualquier situación: cuando vemos a una persona de mayor tamaño comiendo un dulce ("¡Cómo no va a estar gordo/a!"), con la ausencia de tallas grandes en las tiendas de ropa, o cuando una persona gorda va a un gimnasio y el entrenador da por hecho que está allí para perder peso.
Nos venden que hay que estar delgado para tener mejor salud. Sin embargo, el doctor John McMurray, catedrático de Cardiología en la Universidad de Glasgow, y su equipo analizaron los datos de 8.400 pacientes con insuficiencia cardíaca para determinar la eficacia de un medicamento, y observó curiosamente que las personas con sobrepeso u obesidad tenían una tasa de mortalidad más baja. ¿De verdad es esto posible? La respuesta está en la credibilidad que se otorga a un índice obsoleto: el IMC.
El Índice de Masa Corporal (IMC) relaciona peso y estatura para determinar si una persona está en peso saludable o no (delgadez, sobrepeso u obesidad. Al considerar solo peso y talla, no tiene en cuenta la composición corporal, es decir, si hay un exceso de grasa.
Por lo tanto, una persona con un peso aparentemente saludable puede tener sobrepeso u obesidad, y el IMC no será capaz de detectarlo. En cambio, una persona con mucha masa muscular (por ejemplo, Jason Momoa o Chris Hemsworth) será catalogada con sobrepeso u obesidad a pesar de tener buenos hábitos de entrenamiento y alimentación.
Un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de TAU habla de la paradoja de la obesidad con peso normal. Con este término se hace alusión a aquellas personas que aparentemente tienen un peso saludable por IMC, pero que en realidad tienen exceso de grasa. Tras examinar a más de 3.000 personas, vieron que el 39% de las mujeres y 27% de los hombres con normopeso tenían exceso de grasa. Como consecuencia, tendrían un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica.
Tu peso saludable es aquel que no aumenta los riesgos de que padezcas una enfermedad y con el que tienes garantizada una calidad de vida. Esto no se ve afectado por estar delgado o gordo, porque la clave se encuentra en la composición corporal.
Si quieres conocer tu composición corporal, de modo que puedas evaluar de una forma más certera tu salud, existen diferentes opciones:
Además, la mayor parte de las personas que pierden peso lo recuperan con el paso del tiempo. Un análisis de 29 estudios de pérdida de peso concluyó que en 2 años se recuperaba más del 50% del peso perdido y, en 5 años, más del 80%. Por lo tanto, la gordofobia no tiene ningún sentido. Lo importante es conocer el estado de salud y olvidarse del peso, así como tener buenos hábitos con ejercicio físico y una alimentación equilibrada.