LA PREVENCIÓN ES IMPORTANTE
El estudio del Hospital de Basurto, en Bilbao, detecta un incremento de casos en chicos y chicas de entre 14 y 18 años, que no van al médico y usan menos el preservativo. Esto comporta consecuencias negativas ahora y en un futuro.
El aumento de casos de enfermedades de transmisión sexual en España sigue preocupando. A principios de este año, se publicó el informe titulado Vigilancia epidemiológica de las infecciones de transmisión sexual en España 2022 elaborado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) y el Instituto de Salud Carlos III. Entre sus conclusiones, se extrae que se mantiene el aumento de gonorrea y sífilis iniciado a principios de la década de los 2000, así como más casos de clamidia, sobre todo en los menores de 25 años, llegando a una cifra máxima de casos en esta franja de edad.
El informe también concluye que todas las infecciones de transmisión sexual (ITS) afectaron más a hombres que a mujeres y en adultos jóvenes, "aunque se observan algunas diferencias según enfermedad", puntualiza.
Otro dato preocupante es el que ha dado a conocer el estudio La epidemia oculta de infecciones de transmisión sexual en adolescentes, realizado por investigadores del Hospital de Basurto, en Bilbao, y que se ha presentado en el congreso de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), celebrado en Zaragoza.
Este estudio se ha centrado en los casos de ITS que afectan a los adolescentes de entre 14 y 18 años (especialmente a ellas) y que han aumentado de forma alarmante. Su prevalencia es mayor que en el grupo de personas de 19 años y más. Joana de Miguel, autora principal, en declaraciones al diario El País, lo relaciona con que "tienen más contactos que los adultos", sobre todo, a raíz de las aplicaciones de citas, y ellos "usan menos el preservativo", sin olvidar la falta de información.
Los autores del estudio son tajantes: "Estos datos describen solo la punta del iceberg, bajo la que se oculta una epidemia creciente de desconocidas dimensiones". Esta epidemia oculta a la que hace referencia el título del trabajo se refiere a que muy pocos adolescentes van al centro de salud a hacerse controles y revisiones. Este fue, precisamente, el motivo por el cual se pusieron a hacer el estudio. Así lo cuenta De Miguel al citado periódico, quien ella y su equipo se dieron cuenta de que visitaban a pocos adolescentes, en concreto representaban un 2% de las consultas. "Probablemente, sea por vergüenza, porque no conocen bien los recursos asistenciales disponibles o porque temen lo que piensen los demás".
Uno de los motivos de este incremento de casos es que los adolescentes van al médico cuando tienen síntomas, en vez de visitarse con anterioridad con el fin de prevenir. Esto tiene sus efectos negativos. Primero, porque hay ITS que "pueden permanecer latentes y uno ser portador asintomático, pero transmitir la infección", cuenta la experta. Y segundo, porque de esta manera "desconocemos la magnitud real del problema". "Si los menores solo vienen cuando tienen síntomas, todos los demás casos se nos están escapando", añade.
Y todo ello tiene consecuencias graves, ya que, si las enfermedades se detectan tarde, el tratamiento se retrasa y puede conllevar complicaciones cuando sean más mayores, como por ejemplo, aumentar el riesgo de infertilidad y dolores pélvicos crónicos.