Hongos, gastrointeritis, quemaduras...
Ay, que las vacaciones están a la vuelta de la esquina. Y con ellas, el descanso, el relax (o todo lo contrario) y algún que otro problemilla de salud. Te decimos cuáles son los más habituales.
Verano, sinónimo de pasar más horas en la calle: que si el terraceo con los amigos, que si paseos con las amigas, que si tomarse una copa con tu pareja, o una tarde de piscina en casa de tus primos... La cuestión es salir y disfrutar de las buenas temperaturas.
Pero está claro que el incremento de actividad y las actividades en sí, hacen que puedas tener algún que otro problemilla de salud. Nada grave, no te preocupes, pero lo suficientemente importante como para que tengas que pasarte por el médico o en su defecto, el farmacéutico de la esquina. ¿Cuáles son estos problemas más habituales y cómo puedes prevenirlo?
Afecciones dermatológicas: tantas horas al sol (y no haberse protegido adecuadamente), pero también hongos (hola, piscina) o picaduras, sean de mosquitos u otros insectos, o de medusas en la playa, son muy habituales en esta época. También, otros males como la sudamina (sobre todo en niños), las alergias solares o los brotes de lupus cutáneos. Sobre el sol, no nos cansaremos de repetir que debes ponerte la protección adecuada (lo ideal, un índice de 50), haga sol o esté nublado y preferiblemente, antes de salir de casa. Si los mosquitos han hecho de las suyas y te come el picor, ahí van unos cuantos remedios caseros bien útiles.
Infecciones urinarias y vaginales: ¿a quién no le suena esto? Fijo que has tenido alguna durante el verano, no en vano, son las dos infecciones ginecológicas más comunes durante esta época del año. Los centros de ginecología y obstetricia pueden llegar a experimentar un incremento de hasta el 30% el número de urgencias por estas causas. Las infecciones vaginales por hongos provocan un picor molesto entre quienes las padecen, así como el aumento del flujo, que suele desaparecer en cuestión de días tras aplicar un tratamiento anti-fúngidos.
En el caso de las infecciones urinarias, estas provocan ganas continuas de ir al baño, evacuando poca cantidad y deben tratarse con antibióticos. “Para quienes son susceptibles de contraerlas, es aconsejable la ingesta frecuente de arándanos y abundantes líquidos para prevenir su aparición durante estos meses”, asegura el ginecólogo García-Manero.
Fracturas y esguinces: sea porque haces más deporte al aire libre o porque no te calzas adecuadamente (sí, llevarás los pies muy fresquitos con las chanclas, pero te aseguramos que no son nada sanas para tu salud), estos meses son también una época de problemas en nuestros pies. Se produce un aumento del porcentaje de urgencias de traumatología de hasta el 20% durante esta época del año. Los dolores de columna, esguinces articulares y fracturas son las patologías más frecuentes. El médico Alberto Marqués, especialista en traumatología deportiva, asegura que, “Para la prevención de estas patologías, es fundamental un buen calentamiento previo y estiramiento posterior al afrontar cualquier actividad deportiva, así como la correcta hidratación, y adecuar la actividad a nuestro estado general físico”.
Eso en lo que respecta a actividad física, si nos vamos al calzado diario, destierra tus chanclas para momentos muy muy puntuales y elige mejor un calzado fresquito pero que te sujete bien el pie.
Deshidratación y gastrointeritis: los niños y los ancianos son los perfiles más vulnerables a la deshidratación pero le puede pasar a cualquiera, así que ya sabes, agua a tutiplén. Y sobre la gastrointeritis, nadie está a salvo: la mayor parte de ellas se debe a problemas alimentarios, como la rotura de la cadena de frío en la conservación de alimentos. Así que ojo con lo que te llevas a la boca..