Los milagros no existen
Ya le hemos dicho adiós al verano, hemos traído fuerzas renovadas y es posible que algún kilito de más. Los helados y chiringuitos no perdonan. Es cierto que relajamos nuestros hábitos en esta época, pero es momento de volverlos a recuperar.
Lo que no podemos hacer es querer parar el motor de golpe, con una dieta que nos promete dejar esos kilos recuperados en un mes (o menos). Más que parar el motor lo que estaremos haciendo es tirarnos del coche en marcha.
Nos podemos encontrar un sinfín de dietas absurdas que no digo yo que no adelgacen (algunas no tienen ni pies ni cabeza), sino que son bastante peligrosas. Y da igual que lo hagan los famosos, que también los hay que tampoco tienen cabeza. Aquí van algunas de ellas:
- La dieta del limón: basada en pseudoterapias peligrosas como la dieta alcalina. No tiene ninguna base científica. Léanlo bien, no es que no tenga evidencia (que no la tiene) es que lo que cuentan no tiene base fisiológica. Vamos, que es mentira. El limón no tiene poder de alcalinizar ni acidificar nada, ni el limón ni ningún otro alimento. No habríamos llegado tan lejos si un alimento pudiera modificar algo tan fundamental como el pH de nuestro cuerpo. El limón ni adelgaza, ni cura.
- La de la bella durmiente: una soberana y peligrosísima tontería. Se basa en tomar somníferos y pasar el día durmiendo en vez de comer. No sé si es necesario explicar el riesgo que esto conlleva y no sólo pensando en la adicción o en una sobredosis. Les cuento un secreto: si no comes, pero tampoco gastas, no adelgazas.
- La de la luna: tiene un nombre bonito pero verán qué poca argumentación. Se basa en la influencia de la luna sobre nuestro organismo (ahora que está demostrado que ni en los partos tiene efecto, nos vienen con estas). En esta dieta hay que hacer ayuno de 26 horas durante la luna nueva y la luna llena (pero ojo, se pueden consumir líquidos y zumos -ya saben lo de que el zumo engorda más que la fruta, ¿verdad? El ayuno se iniciará una hora antes del cambio de fase lunar y terminará una hora después. En cuarto creciente y menguante se pueden ingerir sólidos siempre que sean saludables. Miren, les ahorro mirar al cielo, consuman alimentos saludables cuando les apetezca. La luna lo dejamos para el romanticismo.
- La dieta del “ponga aquí el alimento que quiera”: ninguna dieta que le obligue a comer un único alimento durante el periodo que sea es efectiva. Ni sana. Necesitamos todos los nutrientes. Y ninguno de esos “ponga el alimento que quiera” elimina toxinas. El riñón, hígado y pulmones son los expertos en eso. Y no necesitan renovar filtros.
- Respiracionista: les confieso que he investigado para ver si era verdad. También se llama “Inedia”. Verán, es una práctica de origen hindú, se basa en que el cuerpo humano tiene suficiente para nutrirse con una micro-comida cósmica. Este “alimento” se llama “prana” y llega a través de la luz. Para seguir esta dieta hay que ir abandonando poco a poco alimentos sólidos y líquidos hasta que no necesites ninguno. Suena muy lógico todo. El día antes de saber hacerlo, lo mismo te mueres, pero oye, delgadito.
- La dieta de los potitos: adquirió fama porque la seguían algunos famosos. A mí ya me parece argumento suficiente para no hacerlo, pero bueno, se la cuento. Se basa en consumir 14 potitos diarios sobre todo de avena, fruta o verduras y hacer una cena como un adulto. La teoría es que los potitos tienen unas 70 kcal y si te comes 14 pues no llegas a las 1000 kcal al día, completas con la cena y listo. Pero de listo nada, el aporte calórico es muy bajo, los nutrientes se quedan cortos y el efecto rebote puede ser importante. Por no decir que, quien haya creado esta dieta no ha probado un potito en su vida. Háganse un puré con lo que vean, les saldrá más barato y más efectivo.
Miren, me gustaría decirles que existe algo milagroso que les hará perder esos kilos de más. Sé que es lo que quieren (lo que necesitan) oír. Pero la realidad es más dura, no hay dieta milagro. Es más, les diré que no hay dieta. Lo único realmente efectivo es un cambio de hábitos. No esperen hacer una dieta perder unos pocos kilos y seguir con su vida anterior. Si realmente quieren perder peso (y mantenerlo) no busquen secretos: abandonen la vida sedentaria, esfuércense en elegir los mejores alimentos y sean conscientes y responsables de su alimentación.