HOGAR Y DESINFECCIÓN
A la hora de afrontar una limpieza general del cuarto de baño es momento de revisar desde lo más habitual, a lo que tal vez pases por alto. Y hoy nos hemos propuesto que le des una vuelta a tu baño al 100%. Vamos, que Mister Proper estará orgulloso de ti.
Los sanitarios está claro que debes limpiarlos a menudo, eso lo sabes, lo conoces, y cuando huele o ves las famosas manchas amarillentas de restos de cal de la cisterna lo ves a menudo. Lejía, o tu producto favorito, y listo. Pero, ¿y esos lugares que tal vez no limpias tanto?
Para empezar, donde dejas la escobilla. Sí. Asqueroso por momentos, pero cuanto más limpia esté la escobilla, mejor. Ponte los guantes, coge un cubo de agua caliente, y empieza a frotar cada pieza. Si es de las que sólo lleva una base donde se va recogiendo el agua, con más motivo. Si no tienes escobilla… ¿cómo lo haces?
Un lugar que solemos pasar por alto es donde dejas el papel higiénico. Igual es una cesta de tela, lávala. Igual es una caja de madera, lávala. Igual no tienes nada, y da vueltas por el baño. Sea como fuere, deberías prestarle atención a uno de los lugares que más bacterias puede contener, no sólo porque el lugar donde está, sino por la situación de pandemia en la que estamos. Y ahora que estamos inmersos en el otoño, con gripes y catarros, mejor que mejor que cada detalle se limpie a la perfección.
El interruptor, siempre lo pasamos por alto, y puede que ni siquiera llevas las manos limpias al ir al baño.
La lámpara o el plafón, puede que tenga más polvo del que recuerdas o incluso algún mosquito recuerdo del verano. No está mal que mires a ver si los puedes desalojar. Incluso puede que tengas más luz.
Los toalleros, cuanto más limpios, mejor, ahí dejas tus toallas, desde las íntimas, las de rostro, cuerpo, cabeza… y es mejor que estén libres de polvo y de resto de maquillaje, por ejemplo.
Cuando te preparas para limpiar la bañera o el plato de ducha siempre miras dentro, pero el exterior es muy importante. En las juntas de las mamparas, por ejemplo, se acumula polvo, suciedad, más de la que crees, y no viene mal pasar la bayeta de vez en cuando. Repasar además debajo de agarradores, la alcachofa de la ducha, el reposa jabones, geles, champús, incluso donde dejas tu esponja. Intenta que no se acumule agua y menos restos o pelos. No sólo parece que no habrás limpiado, sino que evitarás que crezcan hongos.
Si utilizas una manopla de masaje, por ejemplo, sécala fuera del baño para que lo haga al 100%, o si utilizas para la celulitis utensilios de madera, por ejemplo, hiérvelos de vez en cuando y evita que acumulen la humedad. Si al sol no es posible secarlos, ahora que enciendes la calefacción no viene mal utilizar el recurso.
No hemos acabado en la bañera, intenta limpiar de vez en cuando el desagüe de pelos, especialmente si lo tienes largo, porque además de engancharse pelo, lo hace también el resto de jabón, creando una posible bola con el tiempo.
En el lavabo, no olvides limpiar el agujero de seguridad del agua, ese agujero negro que parece no tener fin. Siempre le salpica cuando nos lavamos la cara o los dientes, y si compartes baño y tu compañero está resfriado, será otro de los lugares a repasar para evitar contagios. Ya te hemos dicho que cada detalle cuenta.
No es que debas hacer una inspección con gafas a lo CSI, pero si cuando entras al baño eres consciente de todo lo que tocas, y si llevas las manos limpias al 100%, seguro te salen más lugares a limpiar de los que te hemos contado.