Por supuesto, con condón
Estas son las cinco posiciones más seguras que debes incorporar a tu rutina sexual si no buscas quedarte embarazada.
El sexo seguro es algo de lo que se habla mucho, pero que en realidad no se practica lo suficiente. Muchas personas (hombres y mujeres) siguen poniendo excusas absurdas para no usar preservativos, y hay hasta quienes piensan que las enfermedades de transmisión sexual solo se contraen teniendo sexo con penetración, por lo que se despreocupan completamente a la hora de realizar otras prácticas, como por ejemplo la felación.
Que tu compañero te presione para que no uses protección es algo que no deberías tolerar a estas alturas. Porque lo cierto es que hay posiciones sexuales especialmente seguras (recuerda que la penetración es lo máximo pero no es imprescindible) que pueden ser incluso más satisfactorias cuando las llevas a cabo desde la precaución. Así que ponte el condón y disfruta sin preocupaciones.
El dedo doble
Si la sensación de sequedad o la fricción del látex son un problema, 1. Recuerda que el lubricante lo mejora todo y 2. Prueba a deslizar dos dedos en forma de “V” para acariciarte y/o a presionarlos contra la parte inferior de su pene para no perder de vista el preservativo y disfrutar a su vez de un ajuste más apretado. Ponte una toneladas de almohadas debajo del trasero para estar más cómoda y deja que tu pareja sienta un control animal sobre tu cuerpo.
El cosquilleo
Hay quien piensa que el sexo oral no cuenta para la transmisión de ETS, sin embargo podemos contagiarnos de clamidia, gonorrea, VPH, herpes y sífilis con una simple mamada. Para hacer que el momento sea más sexy, colócate el condón en la boca y enróllaselo en el pene hacia abajo con los labios (olvídate de los espermicidas que dejan un regusto desagradable y opta por los de sabores). Un truco para que se olvide de que lleva puesta protección: lame la cabeza del pene mientras la frotas con la mano y cuando esté a punto colócala entre tus pechos y deslízala de arriba a abajo hasta que llegue al clímax.
La presa femenina
La barrera bucal o dique de goma que se coloca sobre la vulva durante el sexo oral para protegerte de infecciones genitales tiene un beneficio secundario que lo hace un poquito más erótico. El receptor se pone a cuatro patas mientras el dador se pone detrás, coloca la barrera en la vulva y comienza a lamer. De esta manera podrá jugar tranquilamente y a su antojo, e incluso ponerse un poquito más ‘guarrete’ acariciando a la vez el agujero de más arriba. Este sistema es como la cubierta de plástico del asiento de un inodoro (perdón por la escatológica comparación), es completamente desechable y permite tener contacto sin tocar nada en realidad.
El círculo completo
El preservativo femenino, el amigo divertido del condón masculino más popular, tiene un anillo interior que se coloca dentro de la vagina, sobre el cuello uterino, y un anillo exterior que cubre la vulva. Póntelo justo antes de que comiencen los preliminares, mantenlo durante la penetración y retíralo tranquilamente después. Lo más interesante de este artilugio es que puedes llevarlo puesto hasta ocho horas. Presiona el anillo contra tu clítoris para obtener un estímulo adicional con cada embestida.
El dicho y hecho
Si no tienes preservativos ni ningún otro tipo de protección a mano en ese momento de calentón en el sofá pero no quieres parar, esta masturbación mutua es el mejor sistema para que no se os corte el rollo. Tumbaos uno al lado del otro, alternando entre masturbaros y tocaros. No solo es una postura cien por cien segura, sino que es excelente para aprender qué hace que tu pareja se vuelva loco de placer.