Evita el bochorno del día siguiente
Lo seguimos haciendo, llevándonos por los impulsos del ahora, de las emociones vividas en ese presente, pero las consecuencias para nosotra/os misma/os pueden ser demoledoras.
Gestionar ese momento puede ser muy difícil, pero hay tips para poder evitar un enterramiento bajo la sábana, de la vergüenza, al día siguiente.
¿A quién no le ha pasado o conoce a un/a amigo/a que cuando está con unas copitas demás le entra la nostalgia o de repente le posee un poder sobrenatural que le da esa valentía para decir lo que no se atrevía a decir en otro momento? ¿Y qué me decís de esa foto en la que a las 3:00 de la mañana te parecía que eras un/a súper modelo y cuando la ves al día siguiente te quieres morir por haberla subido a todas las redes?
35 mensajes privados de tus amigo/as comentándola son el principio de tu raciocinio: ¡quizás no debería haberla subido…! Porque no te engañes, esa foto la subiste para que el/la que te gusta y por quien estás loquito/a la viese para que fuera consciente de lo bien que te lo pasas, para que viese lo guapo/a que estás, lo bien acompañado o tu felicidad (a veces fingida o sobreactuada para la foto); porque así somos. Bueno a veces la subimos porque realmente nos creemos que salíamos guapo/as…
Y sí, igual de bochornoso es ese mensaje diciéndole: te quiero, te extraño, te deseo… (no tiene por qué ser literal, pero se sobrentiende que ese es el mensaje), a esa persona a la que en otro momento no se lo hubieras mandado, te lo hubieras pensado dos veces o por lo menos el mensaje se entendería.
Primera reacción al día siguiente, tanto si es un mensaje como si es una foto: Borrar. Y rezar (aunque seas ateo) para que no lo haya visto. O repetir: Mierda, mierda, mierda… si lo ha hecho.
A este acto impulsivo de escribir mensajes incitados por el alcohol se le llama drunk texting, tal como los sociólogos lo han bautizado, no hace mucho, o drunk dialing, llamar borracho/a; al tema foto aún no le han dado nombre… pero no tardarán, de momento que os parece: ¡Joder que putada! O, ¿dónde estaba Snatchat cuando lo necesitaba? La cosa es: ¿Por qué hacemos esto?
Las profesoras de comunicación estadounidenses Amber Ferris y Erin Hollenbaugh en una investigación de 2011 estudiaron el comportamiento de 433 personas, de en torno a los 20 años de edad, tras un atracón de alcohol, e identificaron cinco motivos:
1. Confianza: Las personas borrachas se sienten más confiadas, tienen más coraje, creen que se pueden expresar mejor y se sienten menos responsables de sus actos.
2. Risas: Alguno/as simplemente piensan que es divertido, que la persona a la que escriben le va a ha hacer gracia, y van a tener una buenísima historia de la que hablar más tarde.
3. Atención: A veces, simplemente, queremos saber qué están haciendo los demás, cuáles van a ser sus planes y si cuentan con nosotros/as para hacerlos.
4. Confesiones emocionales: Toooodo corazón, a veces, nos da igual a quien le digamos que le queremos.
5. Sexo: Pues sí, muchos mensajes son porque nos morimos de ganas de follar.
Luego está aquello que nos da por hacer con el móvil cuando vamos ebrios, pues parece que, según la persona o el momento, se activaba uno de los tres casos de comportamientos:
1. Fardar: Dígase de aquel/la que saca el móvil para enseñar contenido a un grupo de personas.
2. Amar: escribir, llamar o mandar fotos a alguien.
3. Colgar: En las redes todo aquello que nos parece divertido de la fiesta.
Identificados los motivos por lo que se nos va de las manos la situación, literalmente, y las acciones que tendemos a hacer, la siguiente pregunta es: ¿Cómo evitamos el bochorno?
Lo obvio sería deciros que solo tenéis dos opciones: no beber o no usar el móvil… pero esta no es la respuesta que esperáis, así que os daré otra: existen diversas aplicaciones para móviles, como Drunk Lock, Drunk Mode o Blunder Stop. Estas apps podemos activarlas antes de ponernos a beber como loco/as usando un rápido movimiento, cambiando el vaso que aparece en la pantalla a lleno o vacío; o ponerla dentro de las funcionalidades del sistema operativo, como el modo avión. Una vez activadas, cuando intentes entrar en una de las aplicaciones que tú previamente has elegido restringir, tendrás que realizar una ecuación matemática con éxito, o de lo contrario no podrás utilizar la app.
Para lo/as que no sean muy bueno/as con los números relax… tienen opción de matemáticas sencillas o complicadas… a ver si con la tontería no vas a volver a escribir nunca más a nadie. Para aquellos que son de enviar correos tenéis Mail Google Lab, también con problemas matemáticos; o Undo Send Lab, que te da 5 segundos para reflexionar y que deshagas el mensaje.
El problema que pueden tener estas apps es el no contemplar el estado de peligro, es decir, si hemos bloqueado las llamadas y el WhatsApp y por cualquier motivo nos vemos en una situación complicada y queremos usarlo rápidamente, estas apps no son útiles. Por eso os propongo algunas otras que sí han contemplado este problema pero que solo están disponibles para iPhone.
Designated Dialer te permite bloquear a ciertos contactos de tu iPhone y si intentas hacer llamadas te aparece en la pantalla: NO DEBES HACER ESA LLAMADA; o iDrunk, en la que tú haces la lista de personas a las que puedes llamar.
¿Y qué hago si ya lo ha leído o visto? Normalmente lo que realmente nos afecta es que la persona a la que se lo hemos mandado no responda como a nosotra/os nos gustaría que lo hiciera. Si responde como te hubiera gustado que lo hiciera, ¡genial! Y si no lo hace… bueno, opciones:
1. Decir la verdad: Muchas veces reiterar lo que ya le hemos dicho y armarnos de valentía por segunda vez funciona. Recordad que la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza.
2. Mentir: La excusa universal: “Mi amigo/a me cogió el móvil y decidió putearme.”
3. Gestionarlo: Enfrentarte a la realidad y las consecuencias de tus actos con la mayor dignidad. Si hace falta pedir perdón hazlo, si te mueres de vergüenza y quieres llorar, no te cortes, y si este tramite te sirve para mandarle a la mierda definitivamente… bien venido sea el alcohol.