A veces pasa
Ni estás enferma ni es tan raro, estas son las verdaderas razones por las que sientes náuseas después de hacerlo.
Acabas de tener el mejor sexo de tu vida con el tipo más sexy de tu clase de spinning. Ha sido llegar y besar el santo. Tres orgasmos seguidos. Te das la vuelta y te sientes satisfecha, poderosa… y ¿con ganas de vomitar? ¿Pero esto a qué viene?
Es poco común, pero sentir náuseas después de hacerlo no es tan raro como crees. El mayor inconveniente, aparte de sentirte mareada, es tratar de averiguar qué narices lo está causando. Hay muchas razones por las que puede aparecer este malestar: algunas requieren atención médica, mientras que otras tan sólo requieren un analgésico.
Estas son las siete razones por las que tienes ganas de vomitar después de hacer el amor, según los expertos:
1. Una penetración demasiado profunda
Una de las razones más comunes de esta dolencia es una penetración que excede los límites de confort. La penetración profunda puede tocar los órganos pélvicos, como el útero y el cuello uterino. Y una fricción demasiado intensa de esa zona puede causar náuseas debido al síncope vasovagal, es decir, la respuesta automática de tu cuerpo ante el estímulo del nervio vago, que conecta el cerebro con varias áreas clave de tu cuerpo.
De ahí la caída repentina de la presión arterial y el ritmo cardíaco de tu cuerpo en respuesta a excesiva penetración. El mareo y las náuseas son la forma en que tu cuerpo te dice que no le gusta.
2. El vigor
Si no te gusta la penetración tan profunda, sentirte mal del estómago después de tener relaciones sexuales podría ser en realidad una respuesta a la fuerza con la que te lo hacen. El mareo que produce el movimiento no se limita a los coches y barcos. Si tu pareja se mueve hacia atrás y hacia delante, hacia arriba y hacia abajo y de lado a lado rápidamente y sin descanso, como si no hubiera un mañana, la náusea post-sexual está asegurada.
3. Los orgasmos
Tranquila, no te vamos aconsejar que no tengas orgasmos, eso sería cruel. Pero los orgasmos pueden, sin embargo, ser la razón de tu incomodidad. Dado que el útero se contrae durante los orgasmos, esto puede crear una respuesta visceral que hace que te sientas enferma. Para algunas mujeres, esta contracción puede ser muy dolorosa y producir mareos. Si es tu caso, prueba a tomar un antiinflamatorio no esteroideo, como el ibuprofeno, antes de tener relaciones sexuales. Con 400 o 600 miligramos, la contracción uterina parecerá mucho menos poderosa y te permitirá sentirte como mereces sentirte después del sexo: complacida.
4. Fibromas o un quiste ovárico
Si ninguna de estas posibilidades es la tuya, esas náuseas podría ser una señal de algo más serio. El sexo puede irritar un quiste ovárico o golpear un fibroide, y esto podría causar una interrupción de tus órganos pélvicos (de la misma manera que la penetración profunda), produciendo náuseas y otra serie de síntomas. Lo mejor es que llames a tu ginecólogo para que te realice una exploración.
5. Una respuesta emocional
Si estás en una relación abusiva o poco saludable, la conexión entre la mente y el cuerpo puede hacer que sientas náuseas durante y después de intimar con tu pareja. O, a veces, incluso cuando la relación es buena y te sientes feliz con tu chico la mayor parte del tiempo, el trauma de una relación anterior puede devolverle ciertas emociones durante el sexo con tu nueva pareja, haciéndote sentir incómoda físicamente. Un psicólogo te ayudará a encontrar las herramientas necesarias para salir de este bucle.
6. Alcohol y drogas
Si sueles tener relaciones sexuales después de beber alcohol o fumar hierba, quizás no se deba tanto al sexo como a un efecto derivado de la ingesta de estas sustancias. Puedes tener ganas de vomitar debido a una combinación de drogas y cualquiera de las otras posibles causas mencionadas arriba, aunque las drogas y el alcohol por sí solas ya se encargan de revolucionar tu cuerpo lo suficiente.
7. Tragar semen
No es agradable ni sabe bien, así que es muy probable que tengas náuseas después de tragártelo. Te da asco y es lógico. Por eso te duele el estómago y tienes ganas de vomitar. Deja de hacerlo. Así de sencillo. Más vale tener una pequeña discusión con tu pareja que seguir sintiéndote mal cada vez que le hagas una felación.
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