Hay mayor visibilidad

¿Es más fácil identificarse ahora como bisexual

El tener más modelos que se declaran abiertamente bisexuales y un mayor conocimiento de la bisexualidad está otorgando una mayor visibilidad a este colectivo y la posibilidad de sentirse más identificado.

BisexualidadiStock

Salir del armario se ha convertido casi en un acto público, más que en una decisión íntima y personal. La parte positiva de este hecho es que aporta mayor visibilidad a diferentes colectivos y además permite tener otros modelos y sexualidades con las que identificarse. Y es que veces saber que otra persona siente cómo tú, ayuda a colocar y entender nuestros propios sentimientos.

De esta forma, si bien los hombres homosexuales inicialmente tenían una mayor visibilidad, actualmente parece que cada vez hay un mayor espectro en torno a las orientaciones sexuales. Así, por ejemplo, Miley Cyrus o la última edición de OT, hablaban más abiertamente de que de poder salir tanto con hombres como con mujeres. Es decir, enamorarse de alguien, sin importar realmente la definición de su género.

“En general los estudios apuntan a que la bisexualidad es más frecuente (aproximadamente el 5% de la población) que la homosexualidad (en torno al 2% de la población). Tiene sentido si pensamos que con que te gusten varios géneros, aunque tengas preferencia por uno frente a otro, ya se habla de bisexualidad y no de homosexualidad”, explica la sexóloga Laura Marcilla.

Otro factor que puede influir en que cada vez haya más personas que se identifican como bisexuales es un mayor conocimiento de la propia bisexualidad del que se tenía hace apenas unos años. Y es que no deja de ser un concepto que ha sido muy malentendido. “Si vemos dos chicos besándose, pensamos siempre que son gays. No nos planteamos que quizá uno, o ambos, en realidad pueden ser bisexuales aunque estén en una relación homosexual en ese momento”, pone como ejemplo Marcilla.

Transgénero | iStock

“Antes la bisexualidad se entendía menos y erróneamente se etiquetaba como gay o lesbiana a gente que en realidad era bisexual. Por ejemplo, uno muy conocido es Freddie Mercury, quien tuvo relaciones sexuales con hombres, pero siempre mantuvo que el amor de su vida era una mujer”.

Es por ello que, como experta en educación sexual, sobre todo en institutos, Marcilla expone que: “Tener referentes de personas bisexuales ayuda a derribar mitos como que las personas bisexuales son inmaduras, están confundidas o que es solo una etapa. Los estereotipos se rompen al ponerle nombre y cara a personas que no responden a esta idea preconcebida y errónea que a menudo se ha difundido sobre las minorías sexuales”.

De hecho, la idea de dejar de ver la sexualidad como algo binario solo entre hombre y mujer, heteros u homos o parejas solo de dos personas, ayuda a entender que la sexualidad es algo mucho más flexible y que no siempre es posible encajarla en un solo modelo.

Una de las dudas habituales en esta ruptura de las etiquetas, o precisamente en la aparición de etiquetas nuevas es si es más correcto identificarse como bisexual o como pansexual, que reconoce la atracción hacia las personas de cualquier género o condición, y no solo los que se identifican como hombre o mujer.

“Lo primero que hay que entender es que aunque ‘bi’ significa dos, no se refiere a la atracción sexual hacia hombres y mujeres exclusivamente, sino hacia personas de cualquier género (también personas no binarias, es decir, que no se identifican como hombre ni como mujer)”. En este sentido se entiende que la bisexualidad no discrimina a las personas trans o no binarias sino que también englobaría a estos colectivos.

Sin embargo, la idea es que más allá de los modelos públicos o las definiciones más teóricas, cualquier persona tiene derecho a usar la etiqueta con la que se sienta más representada. “Aunque los dos términos se refieran a una orientación plurisexual (atracción por más de un género), no tiene nada de malo porque al final el resultado es el mismo”, concluye Marcilla.