LIMPIEZA EN CASA
Muchas veces nos olvidamos de la higiene de objetos cotidianos que pensamos que por estar en contacto con el jabón no hay que cambiarlos. Es el caso de las esponjas de baño, y estas son las semanas que deberían pasar como máximo para desecharlas.
La limpieza en el hogar es algo FUNDAMENTAL. Y no solo en cada rincón de las estancias, sino también en objetos que pueden pasar desapercibidos. Estamos hablando de las esponjas de baño, que si no se cambian periódicamente pueden convertirse en un foco de bacterias.
La mayoría de personas usan esponjas en la ducha y, pensando que están siempre en contacto con el jabón, no le dan la importancia a cambiarlas que realmente hay que darle.
Pues, bien es sabido que retienen la humedad mucho tiempo y esto hace que se conviertan en caldo de cultivo de bacterias y hongos, aunque no se aprecie a simple vista. ¿Cada cuánto hay que cambiarlas?
Primero hay que tener en cuenta el tipo de esponja. Están las naturales, que son biodegradables y que exfolian la piel de forma natural; y las esponjas sintéticas, que son más económicas y duran más.
Las primeras se deben cambiar como mucho cada tres semanas, ya que, al ser naturales, los gérmenes proliferan con mayor facilidad. En cambio, las sintéticas pueden durar hasta ocho semanas.
Algunos consejos para mantenerlas limpias durante esas semanas antes de tener que cambiarlas son: enjuagarlas bien después de cada uso, escurrirlas, y dejarlas en un lugar seco para que no acumule tanta humedad. De esta forma, minimizarás la acumulación de bacterias.
Hay que desinfecta las esponjas entre un uso y otro. ¿Cómo hacerlo? Solo tienes que ponerlas en remojo con agua muy caliente y un poco de vinagre o detergente. Debes dejarlas 10 minutos y después aclararlas muy bien. Por último, deben secarse al aire y, preferiblemente, al sol.