PERDER PESO
Analizamos por qué no debes seguir haciendo lo mismo si esperas resultados diferentes.
El primer y mayor error que cometemos cuando queremos adelgazar es ponernos como objetivo, precisamente, adelgazar.
Si nuestra meta es pesar una cifra determinada o perder un número de kilos, lo importante no es saber cómo llegar allí (el medio). Además, lo que hayamos hecho para llegar al fin (perder peso) se termina en el momento en el que se consigue el objetivo y, por lo tanto, el peso vuelve a corto o medio plazo.
¿En qué nos perjudica el medio utilizado para adelgazar?
Según qué planteamientos elijamos para perder peso, caeremos en errores que nos perjudicarán: no cubrir los requerimientos nutricionales, debilidad, mareos y pérdida de masa ósea y masa muscular -lo que empeora después nuestro gasto energético basal-. Además, nos generaremos creencias erróneas que van en contra de la educación alimentaria y/o físico-deportiva y de la instauración de mejores hábitos.
Pero lo más importante es que se puede empeorar la relación con la comida o con la actividad física, algo que se suele cronificar para toda la vida.
Es muy común pensar que existen alimentos “prohibidos”, creencia que aumenta la ansiedad frente a ellos. Entonces, aunque hayamos alcanzado el peso deseado, seguimos teniendo miedo a engordar si consumimos los alimentos que se habían “prohibido” durante la dieta.
Esto provoca que finalmente los volvamos a comer con ansiedad y en mayores cantidades, lo que nos lleva a sentir culpa tras su ingesta y querer compensarla. Comportamientos que se acentúan si, además, se recupera el peso. Este ciclo conduce a pensar que hay que hacer algo más drástico otra vez para volver a adelgazar y vuelve a empezar el ciclo.
¿Cuál puede ser el fin si no es adelgazar?
Lo primero que tendrás que pensar es para qué quieres adelgazar, es decir, qué esperas conseguir con ello:
Ya lo intento por mi cuenta
Este es otro de los grandes errores, pensar que modificar hábitos arraigados es algo fácil, que es algo tan sencillo como seguir un menú determinado durante un tiempo determinado, o comer a unas horas prefijadas unas cantidades predefinidas.
De la misma forma que si te rompes un hueso acudirás a un traumatólogo o si tienes un problema dental acudirás a una clínica de odontología, para mejorar tus hábitos alimentarios deberás acudir a un/a dietista-nutricionista y para mejorar tu condición física acudirás a un/a educador/a físico-deportivo/a.
Y si tu imagen corporal es un problema, tienes o tu relación con la comida te impide llevar una vida plena, o sufres de ansiedad o depresión, deberás pedir ayuda a un/a psicólogo/a. Profesional que te ayudará a trabajar en sentirte mejor, en lugar de pensar que estas cosas se solucionan haciendo otra dieta.
No es necesario que trabajes todo a la vez, ya que puedes frustrarte o abrumarte si son muchas cosas en las que poner atención, puedes ir trabajando cada área en función de tus prioridades.
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