BODAS

Errores a evitar en una pedida de matrimonio

Asegúrate de repasar este artículo antes de pedir la mano a tu pareja.

Una chica le pide matrimonio a su novia. iStock

El amor romántico cada vez está menos de moda. La transformación de las relaciones personales, el auge de las redes sociales y las nuevas maneras de entender el amor, los sentimientos y las emociones en el sí de las parejas, han creado un caldo de cultivo que ha propiciado que las generaciones más jóvenes estén cambiando la visión del amor como lo conocíamos hasta el momento.

Este hecho se traduce en cifras: según datos publicados por el INE, desde del año 2000 el número de bodas celebradas en España ha ido descendiendo año tras año, excepto por un pequeño repunte tras la crisis de 2008.

Por suerte, esta tendencia a la baja del romanticismo se da de bruces con las pedidas de mano y las bodas que aún se celebran. Pero las formas de pedir matrimonio también están algo obsoletas y, si no andamos con cuidado, podemos pecar y ser demasiado cursis o chapados a la antigua a la hora de dar este importante paso.

Lo que está claro es que hay parejas que quieren conservar esta costumbre, aunque sea como algo simbólico, y que las pedidas de mano todavía tienen cabida en esta década. Eso sí, hace falta reformularlas y matizar algunos aspectos para que sean un éxito. Veamos cuáles:

Nosotras también pedimos la mano

En las parejas heterosexuales, la tradición marca que sea el hombre el que tenga la iniciativa. Pero si lo revertimos, nos deshacemos de los roles de género que tanto reivindicamos en el feminismo. Y en las relaciones homosexuales, que sea la persona más tímida de la relación quien dé el paso, seguro que así será mucho más especial. Y, lo más importante, si a ti te apetece hacerlo, no esperes a que sea tu pareja quien dé el paso.

Una ubicación que le llegue al corazón

No hace falta que sea el restaurante más caro de la ciudad ni que contrates un servicio de pirotecnia para que la gran pregunta “¿Quieres casarte conmigo?” aparezca pintada en el cielo. Simplemente, escoge un lugar que sea significativo para los dos: el bar en el que os conocisteis, la playa que más os guste visitar en verano…

Espérate antes de dar la noticia

No anuncies tus intenciones de pedir matrimonio a todos tus amigos antes de hacerlo. A alguien se le podría escapar y te arruinaría la sorpresa. Es mucho más emocionante compartir este momento con tu pareja una vez ya has recibido el “Sí”.

Una buena pedida y un felices para siempre. | iStock

No preguntes antes a los suegros

Este es otro de los clichés más típicos de las pedidas de mano, pero está totalmente desfasado. Confía en tu relación, en tus sentimientos y en los de tu pareja, y seguro que allí está la respuesta. Nadie mejor que tú sabe si estáis listos para dar este paso. Tus suegros te lo van a perdonar.

Un regalo original

Adaptémonos a nuestra pareja. Si ella o él no es de llevar joyería, no hace falta que compremos el típico anillo pomposo. Podemos ser más originales y pensar en qué es lo que realmente le haría ilusión a nuestra pareja: un ramo de flores, la camiseta que siempre te roba... Cualquier detalle que tenga un valor emocional, en estos casos, es más significativo que lo material.

Respeta la intimidad

En las películas estamos acostumbradas a ver grandes pedidas de mano: los personajes se las ingenian para buscar los lugares concurridos y crear las escenas más inesperadas. Pero, aceptémoslo, en realidad no nos gusta tanta pomposidad. Si estáis en un sitio público, busca un momento en el que tengáis un poco de privacidad. Evitar los momentos embarazosos.

Una conversación previa

Aunque este tip puede parecer descabellado porque el factor sorpresa se desvirtúa, lo cierto es que es muy útil. Antes del gran día, podemos anticiparnos a nuestra pareja y dejarle entrever que tenemos la intención de pedirle matrimonio. De esta manera, nos ahorraremos malos ratos que podrían ser motivo de serios problemas en la relación.

Dicho todo esto, ¡que vivan los novios!

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