HAY OTRAS OPCIONES
Una buena taza de café por las mañanas es vital en muchas personas para empezar el día con energía. La forma más común y rápida de calentar la leche es en el microondas y, aunque esto en un principio no suponga ningún problema, cuando leas este artículo descubrirás que no es muy beneficioso para la salud. Te lo contamos.
El microondas es uno de los electrodomésticos que más utilizamos día a día, posiblemente el que más. Hay muchos que lo utilizan diariamente y otros que prefieren evitar el uso de este aparato por la cantidad de radiación que emiten las ondas, las cuales son peligrosas para la salud.
Pero lo que es innegable es que está presente en todas los hogares y que lo utilizamos para calentar todo tipo de comida, permitiéndonos ahorrar mucho tiempo de nuestras vidas. Es importante tener en cuenta que, a pesar de su utilidad, no todos los alimentos reaccionan de la misma manera al efecto del microondas.
Por ejemplo, un hábito que muchas personas realizan al empezar el día es tomarse su café. Calientan la lecheen el microondas y después ponen su café favorito, pero tal vez no sean conscientes de que están cometiendo un gravísimo error. Es un gesto que en un principio no tendría que tener ninguna repercusión, pero cuando leas este artículo te darás cuenta de que sí.
Y es que, la leche en sí disfrutada sin calentar aporta un enorme grupo de beneficios al organismo sobre todo para los niños pequeños. La leche caliente, por su parte, requiere de una temperatura concreta. Algo que en el microondas no podemos lograr.
Los motivos son muy sencillos. La leche calentada en el microondas y a una temperatura que no controlamos pierde por completo sus nutrientes. Entre ellos, ser una grandísima fuente de proteínas naturales. A su vez, se disminuyen considerablemente las propiedades antiinfecciosas.
Existen otras opciones para que la leche caliente no pierda sus propiedades tan características. Una opción es calentar la leche en una olla hasta llevarla a ebullición y otra, es calentar el café y añadir la leche a temperatura ambiente. Esto puede ser la opción más rápida para seguir disfrutando de tu café todas las mañanas.