LA IMPORTANCIA DEL EJERCICIO FÍSICO
Hace una década era muy raro ver a una mujer en la zona de peso libre del gimnasio. Afortunadamente, esto ha cambiado y cada vez hay más mujeres que entrenan o quieren entrenar fuerza. ¿Por qué se ha producido este cambio?
Uno de los mayores temores para no coger mancuernas ni barras ha sido el miedo a tener un cuerpo más masculino, con mucha masa muscular. Los entrenadores siempre hemos defendido la necesidad de hacerlo y las mujeres que se han atrevido han podido experimentar sus beneficios.
En este caso, las redes sociales han jugado un papel muy positivo. Gracias a esta herramienta, las mujeres han podido ver los resultados de este tipo de entrenamiento en otras mujeres. De este modo, han confirmado que entrenar fuerza te da un aspecto más saludable y un cuerpo más tonificado.
La zona de peso libre en el gimnasio ha sido una zona ocupada mayoritariamente por hombres. El público femenino parecía poder acudir solamente a las clases colectivas.
Por suerte, la tendencia en los últimos años ha ido evolucionando hasta la normalización de que ambos géneros comparten todos los espacios. Podemos ver cada vez a más mujeres entrenando fuerza, y a más hombres participando en las clases colectivas: Ciclo, Body Pump, Combat, Zumba... Aunque, por supuesto, queda mucho camino por recorrer.
Este tipo de entrenamiento tiene múltiples beneficios y es muy positivo tanto para hombres como para mujeres:
Independientemente del género de cada persona, si hubiese que elegir solo una capacidad a mejorar, esta sería la fuerza. Esto no quiere decir que realizar ejercicio aeróbico no sea necesario, sino que, a largo plazo, el entrenamiento de fuerza tiene beneficios en la autonomía e independencia de las personas. Además, también puede enfocarse de modo que aporte ese deseado estímulo cardiovascular.
Por ejemplo, si pensamos en una mujer de edad avanzada, podemos visualizar la necesidad de tener una musculatura fuerte para realizar las tareas del día a día, o incluso acciones aparentemente sencillas como levantarse y sentarse de una silla.
Cuando no se entrena fuerza, se pierde con el paso de los años mucha masa muscular, lo que dificulta cualquier actividad.
Para la mayoría de los objetivos que te propongas, necesitas entrenar fuerza. Los más recurrentes son tonificar y perder peso.
Tonificar requiere fortalecer la musculatura, pero perder peso también, porque a mayor masa muscular más gasto calórico.
Además, a la hora de perder peso hay que intentar perder la menor cantidad de músculo posible. Con una alimentación hipocalórica y un mayor gasto energético con el entrenamiento, mantener la masa muscular solo es posible entrenando fuerza.
El 30% de las mujeres sufre de osteoporosis a partir de los 50 años, porcentaje que crece hasta el 50% a partir de los 70.
La osteoporosis se produce por la reducción de la densidad mineral ósea, algo que mejora notablemente con el entrenamiento muscular. Por eso, además de prevenir, el ejercicio de fuerza decelera la osteoporosis en caso de padecerla.
Es importante empezar a entrenar cuanto antes, porque el pico de masa ósea se da a los 35 años, tal y como ha demostrado este estudio. Trabajar la musculatura desde joven es ideal para maximizar los beneficios y, si ya superas esta edad, cuanto antes empieces, mejor conservarás la calidad de hueso.
Un cuerpo fuerte está más protegido frente a molestias, dolores y lesiones. Por ejemplo, la espalda es una de las partes del cuerpo que más sufre en el día a día, ya sea por estar sentado, estar mucho tiempo de pie o por levantar cargas.
El ejercicio de fuerza fortalece esta zona y permite que los músculos de la espalda protejan nuestra columna. Cuando nos saltamos esta precaución, todas las cargas van a la columna vertebral y surgen las temidas molestias lumbares.