No es plato de buen gusto para ningún padre regañar a nuestros pequeños
No es plato de buen gusto para ningún padre regañar a nuestros pequeños, pero es muy importante que tengamos claro que para educarlos hay que pasar por ese momento en más de una ocasión.
No soy una experta en niños, ni soy psicóloga, pero vengo de familia numerosa y considero que mis padres han hecho una buena labor con nosotros y eso pretendemos nosotros hacer en nuestra casa.
Dicho esto, os voy a resumir lo que tenemos en cuenta a la hora de educar a Ana y a sus hermanos:
1. Dar ejemplo:
Este punto quizás sea el más importante. Muchas veces exigimos lo que no hacemos y esto desconcierta totalmente a nuestros pequeños.
2. Alegrarse y premiar (no material) el buen comportamiento:
Es bueno que sobre todo al principio, cuando son muy pequeños aplaudamos los buenos comportamientos y premiemos de alguna manera sus triunfos. Tenemos que tener claro que no hay que abusar del alago o premio pero si hacerles ver que van por muy buen camino.
3. Explicar siempre las cosas antes de castigar:
Siempre me ha parecido fundamental explicar el NO y porque decimos que NO hagan algo. Muchas veces pensamos que nuestros hijos son demasiado pequeños para explicarle las cosas o que no van a entender nada, pero creo que la mayoría de las veces nos equivocamos. De todos modos, me parece fundamental coger esta táctica primera de explicar las cosas antes de regañar o castigar.
4. Hacer el caso JUSTO a los enfados de los pequeños:
Muchas veces lo único que quieren es llamar la atención y si ven que lo han conseguido a su manera no tardarán en usarlo en multitud de ocasiones.
5. No abusar de castigos ni mini castigos:
Creo que si recurrimos demasiado a los castigos esto se puede volver en nuestra contra y desmotivarlos.
6. El castigo debe de ser corto:
Cuando Anita coge perretas muy grandes o pega a sus hermanos suelo llevarla a su cuarto a recapacitar. Nunca suele ser mas de 3-4 minutos los que la dejo “pensando”.
7. Tened en cuenta su edad y que todos hemos sido pequeños:
Nunca olvido que es una niña pequeña, con comportamientos típicos de su edad.
8. NO a los castigos para todos:
Cuando era pequeña me daba mucho coraje que mis padres pusieran un castigo generalizado en el que salíamos todos castigados por “culpa” de uno. Si Ana se ha portado regular la charla o el “mini castigo” será para ella.
9. NO a los castigos que humillen, afecten al bienestar o autoestima:
Ni que decir tiene que lo primero es el bienestar de nuestros hijos, por lo que me parece inviable pensar en un castigo en el que los peques sufran lo más mínimo.
10. ¡Que no nos cojan el punto!:
Ana muchas veces me tiene cogido el punto e intenta hacer méritos para el “premio” o intenta tantear el terreno. Así que hay que premiar muchas veces los buenos comportamientos, pero tener cuidado con estos pequeños bichitos.
11. No perder los nervios y tampoco reírnos ante sus grandes travesuras:
Vale, aquí tengo que reconocer que alguna vez se me nota más nerviosa de la cuenta y Ana en vez de hacerme más caso se parte de la risa mientras. Otras veces me río y es en ese momento cuando ya sé que no me hará caso.