DOLOR DE CUELLO
Si te duele la garganta no tomes nada frío. ¿Cuántas veces has oído esta frase sentencial a lo largo de tu vida? Probablemente, muchas, y si eras niño y tenías ganas de comerte un helado, el doble. A pesar de su supuesto efecto perjudicial, un alimento frío puede ayudarte a curar tu garganta.
El contraste entre los altos aires acondicionados y el intenso calor de la calle, sumado a la constante ingesta de alimentos y bebidas heladas como recurso para sobrellevar las altas temperaturas veraniegas son, sin duda, las principales causas de la mayoría de dolores de garganta de esta época.
Cuando nos encontramos con esta molestia, es natural buscar formas de aliviarla. Medicamentos, sprays, gárgaras con sal y caldos calientes, todo lo que sea excepto alimentos como los helados y bebidas frías. ¿Es esta creencia una verdad absoluta incuestionable o simplemente uno de los mitos más arraigados en nuestra sociedad? ¡Para el dolor de cuello, el helado no va tan mal como parece!
Si nos regimos por lo que comúnmente nos enseñan desde niños, deberíamos evitar a toda costa la ingesta de helados y otros alimentos fríos si tenemos la garganta irritada, ya que, supuestamente, esto puede agravar y alargar el dolor.
La realidad es que, si te duele la garganta por inflamación, comer helado puede ser una solución natural efectiva para reducir esa hinchazón. Su efecto frío puede aliviarnos el dolor de forma temporal, aunque tal y como comenta el experto @Farmaceuticofernandezn en TikTok, debemos "evitar los que tienen trocitos grandes o frutos secos, porque al pasar te pueden dañar". ¿Qué te parece un polo de sandía o de melón?
Claro está, no debemos intentar reducir la inflamación únicamente con la ingesta de helados, pues se trata de un alimento que debe tomarse con moderación. La mayoría de estos dulces suelen contener una gran cantidad de calorías y azúcares y, además, un exceso de frío en la garganta puede llegar a tener el efecto contrario, siendo realmente perjudicial.
Si quieres tomar algo frío, puedes optar por otro tipo de alimentos como las sopas y cremas, los yogures o un batido de fruta, por ejemplo. Estas alternativas tienen muchas menos calorías y tanto las verduras como las frutas nos darán más energía para afrontar el caluroso día.
En verano, tratar el dolor de cuello puede parecer difícil, ya que a diferencia del invierno, es una estación en el que las altas temperaturas nos impiden usar bufandas y demás complementos, a no ser que estemos dispuestos a sudar.
Una buena opción puede ser mascar chicles y chupar caramelos de miel y limón, dos ingredientes indispensables para la cura de esta afección. Por ese motivo, una infusión con ambos compuestos también será beneficiosa. Si quieres, la puedes tomar fría o templada.
No te olvides de beber mucha agua, para evitar golpes de calor y para que tu cuello y las mucosas irritadas estén bien hidratadas, pues probablemente estén bastante resecas. Este pequeño hábito te ayudará a reducir antes el dolor.
Y aunque sabemos que es difícil, evita exponerte a aires acondicionados muy fuertes. Si debes pasar horas expuesto a ellos y no eres quien los controla, tápate el cuello con un pañuelo fino. Ten en cuenta que si el dolor es recurrente o viene acompañado de otros síntomas como dolor de cabeza, secreción nasal o fiebre, deberías visitar a tu médico para descartar cualquier virus.