LACTANCIA
Que los pezones estén doloridos y sean más sensibles al comienzo de la lactancia es muy normal, pero no por ello debemos sufrirlo sin más.
Entre el 80% y el 95% de las madres aseguran que sus pezones están doloridos y muy sensibles al inicio de la lactancia. Lo más habitual es asociarlo con una posición incorrecta o un agarre inadecuado del bebé al pecho.
"El dolor y las grietas en los pezones son uno de los principales motivos de abandono de la lactancia materna”, explica Inma Cima, responsable de marketing de Lansinoh, empresa especializada en lactancia y maternidad. “La causa más común es un mal agarre o posición del bebé, y por ello la madre debe pedir ayuda profesional para resolverlo cuanto antes”.
Si existen estas dificultades, lo mejor es buscar el apoyo de una matrona, un sanitario o consultar las diferentes posiciones para dar de mamar, pero también puedes seguir estos consejos.
Claves para ayudar a curar pezones doloridos
- Comprueba la posición y el agarre de tu bebé. La boca del pequeño debe tomar gran parte del pecho, con su lengua debajo del pezón.
- Durante los primeros días, asegúrate de si tu dolor en los pezones se debe a una congestión por tener los pechos demasiado llenos, por frenillo o por romper la succión antes de tiempo. Para ello, es preferible colocar antes un dedo entre sus encías.
- Otro consejo es amamantar del pecho menos dolorido primero y luego, cuando la leche esté fluyendo, cambia de pecho.
- Si el dolor persiste, dar el pecho con frecuencia puede ayudar. Un recién nacido necesita alimentarse 8-12 veces en un período de 24 horas. Inma Cima aclara que es muy normal que los pechos se vuelvan más grandes, pesados y sensibles cuando comienzan a producir más leche. Ocasionalmente, esta plenitud puede provocar congestión y hacer que se sientan duros y doloridos. “Si se produce esta situación, es mejor amamantar con frecuencia del pecho afectado para evitar que se llene demasiado”.
- Si el pecho está muy lleno o el pezón plano, extrae un poco de leche con la mano o con un extractor antes de la toma, para suavizar el pecho y el pezón. Recuerda que si tienes los pezones planos y el bebé tiene dificultades para agarrarse, debes evertirlos suavemente para facilitarle la succión.
- Evita los discos protectores con un soporte, ya que mantienen los pezones húmedos. También las cremas que deben quitarse antes de amamantar, ya que los roces adicionales puede irritar aún más el pezón.
“Usar compresas frías entre cada toma te ayudará a aliviar el dolor, descansando también lo suficiente, tomando líquidos y utilizando un sujetador que ofrezca el soporte y ajuste adecuados. Nuestras compresas pueden calentarse en el microondas durante unos segundos, en caso de conductos obstruidos cuando el pecho no se drena de leche de manera completa. Son eficaces para aliviar la mastitis, los pechos congestionados y estimular la salida de leche. Incuso pueden usarse con un extractor”, explica la experta de Lansinoh.
Por su parte, usar cremas como la lanolina altamente purificada e hipoalergénica puede ayudarte a prevenir el dolor en los pezones siempre y cuando la posición y el agarre del bebé sean correctos. Se recomienda su uso desde la primera toma y sin necesidad de retirarla durante la misma. “Estas cremas ayudan a calmar y proteger los pezones doloridos y agrietados, son 100% naturales, totalmente seguras para bebés y mamás, y tienen la ventaja de que no se necesitan quitar antes de amamantar”.
- Si nada de lo anterior te da resultado, puede que tu problema sea una mastitis. La mayoría de los casos se deben a una eliminación inadecuada de la leche del pecho y en general, a conductos bloqueados no resueltos. Los síntomas incluyen un área roja, caliente e hinchada en el pecho, que resulta dolorosa al tacto, si bien algunas mujeres también experimentarán síntomas parecidos a la gripe. Al igual que con el resto de problemas, es importante amamantar con frecuencia del lado afectado, extraer leche si es necesario y asegurarse de que el pecho se drena por completo en cada toma.