PREVENCIÓN
El Día Mundial del Melanoma, que se celebra el 23 de mayo de cada año, es una oportunidad para concienciar sobre la importancia de la detección temprana y promover la prevención de este tipo de cáncer de piel tan peligroso. Si se detecta a tiempo, se cura en el 99% de los casos.
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina en las células productoras de pigmento de la piel, llamadas melanocitos. Es una enfermedad grave que puede extenderse a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo. El Día Mundial del Melanoma, que se celebra el 23 de mayo de cada año, es una oportunidad para concienciar sobre la importancia de la detección temprana y promover la prevención de esta enfermedad.
El melanoma es considerado uno de los tipos más peligrosos de cáncer de piel, ya que puede crecer y propagarse rápidamente a través del sistema linfático y sanguíneo. Sin embargo, cuando se detecta en sus etapas iniciales, el melanoma es altamente curable, con tasas de supervivencia del 99%, según indica el dermatólogo e investigador del Hospital Clínic de Barcelona, Sebastian Podlipnik.
Detección temprana y diagnóstico
La clave para un diagnóstico temprano es el autoexamen regular de la piel y la observación de cualquier cambio sospechoso. Las características que deben tenerse en cuenta incluyen cambios en el tamaño, forma, color o textura de los lunares o manchas existentes, la aparición de nuevos lunares, picazón, sangrado o ulceración de una lesión cutánea.
Además del autoexamen, es importante visitar regularmente a un dermatólogo para una evaluación más detallada de la piel, sobre todo si tiene antecedentes de cáncer en la familia o tienes muchos lunares.
Los dermatólogos están capacitados para identificar las características clínicas del melanoma y realizar biopsias cuando sea necesario. La biopsia es el único método definitivo para confirmar el diagnóstico de melanoma.
Es necesario protegerse del sol
Ahora que tenemos el verano a la vuelta de la esquina, es relevante recordar que debemos protegernos de la exposición solar y debemos hacerlo bien.
Adrián Alegre, especialista del Board Internacional de Dermatólogos de Garnier, afirma que "está sobradamente demostrada la relación entre una exposición solar crónica, sin filtro solar, y una mayor incidencia del cáncer de piel, además de un envejecimiento prematuro".
"Se ha demostrado que cinco quemaduras graves antes de los 20 años incrementaban hasta en un 80% las probabilidades de sufrir cáncer de piel en el futuro. En la infancia se pueden acumular la mayor parte de mutaciones que luego deriven en cáncer de piel. Por eso es tan importante la protección solar en los primeros años de vida", añade.
De ahí la importancia de aplicar la cantidad correcta de protector solar en cada caso y de repetir la aplicación de forma frecuente. Además de añadir barreras físicas, como gafas de sol, sombreros o camisetas de manga larga, siempre que sea posible -sobre todo en edades tempranas-.
¿Cuánta cantidad de protector solar debemos ponernos?
El año pasado, Podlipnik contó a NovaMás que la referencia que debíamos tener en cuenta a la hora de aplicarnos una cantidad de protector solar correcta es "un vaso de chupito a repartir por todo el cuerpo".
Y hoy, Alegre nos propone otra forma de medirlo: "Hay una regla muy sencilla que podemos seguir para saber qué cantidad tenemos que aplicarnos, aclara el doctor, solo necesitamos una cucharilla de café para medirla. En teoría, cada persona debería aplicarse hasta 2 mg. de producto por cada cm² de la piel. Aplicado a cucharillas de café, en un niño de 1 m. de altura tendríamos que aplicar cuatro cucharillas de café; mientras que en un adulto de 1,60-1,70 m tendríamos que aplicar entre 6 y 8 cucharillas de café de protector solar en todo el cuerpo".
Y no solo debemos tener control sobre la cantidad de producto que nos echamos, también dónde lo hacemos. Cuando nos protegemos del sol solemos insistir en los brazos, en la cara… Pero frecuentemente nos olvidamos de zonas que acaban siendo el origen de cáncer de piel en las personas mayores, como son las orejas, los dorsos de las manos y los pies, así como la zona superior de la cabeza.