GINECOLOGÍA
Entrevistamos a Ignacio Brunel, coordinador responsable de la unidad de endometriosis de Grupo Quirón Málaga, para entender mejor esta afección y dar a conocer información importante para su detección temprana.
Cada año, el 14 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Endometriosis, una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, en la que un tejido similar al revestimiento uterino crece fuera del útero, causando dolor y posiblemente afectando la fertilidad.
Con el objetivo de concienciar sobre esta afección y dar a conocer información importante para su detección temprana, hemos entrevistado al Dr. Ignacio Brunel, coordinador responsable de la unidad de endometriosis del Hospital Quirónsalud Málaga. Esta unidad, inaugurada durante la pandemia, se especializa en ofrecer un enfoque multidisciplinario e integral para abordar la endometriosis, contando con ginecólogos, urólogos, especialistas en digestivo y apoyo emocional a través de la psicoterapia, además de su especialización en reproducción asistida.
Según Brunel, los síntomas más comunes de la endometriosis no siempre coinciden con las razones de consulta más habituales. "El síntoma más frecuente y común de la endometriosis es el dolor", afirma. Este dolor puede manifestarse durante la menstruación, relaciones sexuales, o incluso durante la micción o evacuación intestinal. A pesar de esto, muchas pacientes consultan inicialmente por infertilidad, siendo esta otra de las manifestaciones de la enfermedad.
El proceso de diagnóstico comienza con un interrogatorio clínico por parte del médico. La importancia de conocer en detalle los síntomas que experimenta la paciente es esencial. "El médico que atiende a la paciente tiene que conocer bien los síntomas y tiene que indagar sobre esos síntomas", explica Brunel. Este enfoque se vuelve crucial dado que, muchas veces, las mujeres que padecen endometriosis han normalizado el dolor, y pueden llegar con otros síntomas que no reflejan el cuadro completo.
"La endometriosis muchas veces puede pasar inadvertida"
La exploración ginecológica tradicional, si bien es fundamental para descartar otras patologías, puede pasar por alto la endometriosis si no se busca específicamente. "La exploración en ginecología se centra en cáncer de cérvix, cáncer de mama y para descartar patologías, miomas, pólipos… Pero la endometriosis muchas veces puede pasar inadvertida", destaca Brunel.
Es en este punto donde las pruebas diagnósticas especializadas entran en juego. La ecografía vaginal puede diagnosticar la endometriosis en más del 80% de los casos, sí, pero solo en el caso de que la realice por un profesional con experiencia y conocimiento sobre esta afección.
En casos más complejos o dudosos, se pueden utilizar otras pruebas complementarias. La resonancia magnética con gel vaginal y rectal ofrece una perspectiva más detallada, especialmente cuando la ecografía no proporciona una imagen clara.
Como última opción, la laparoscopia diagnóstica, aunque en desuso debido a su invasividad, se reserva para situaciones en las que las pruebas anteriores no logran esclarecer el diagnóstico. "Ya no la utilizamos prácticamente nunca, tan solo para descartar cuando no nos cuadran los síntomas", aclara Brunel.
En cuanto al tratamiento, Brunel destaca un cambio de paradigma en los últimos años. Mientras que en el pasado se optaba más frecuentemente por el tratamiento quirúrgico, actualmente se busca un diagnóstico temprano, especialmente en pacientes entre 20 y 25 años, manejando la endometriosis mediante tratamientos médicos, ya sean hormonales o no hormonales.
"Una vez cumplidos los deseos reproductivos de la paciente, se evalúa la posibilidad de mantener el tratamiento médico de forma continua o si, eventualmente, es necesario recurrir a la cirugía", explica el doctor. La decisión de intervenir quirúrgicamente se toma cuidadosamente, buscando una cirugía única y efectiva, evitando intervenciones repetitivas que podrían resultar contraproducentes.
La endometriosis puede afectar significativamente la fertilidad, siendo los ovarios, el útero y las trompas de Falopio los órganos más comúnmente comprometidos.
Cuando enfermedad afecta a los ovarios, que es lo más habitual, esta puede disminuir la reserva ovárica y afectar la calidad de los óvulos, complicando el embarazo natural si no se ha hecho un tratamiento preventivo a tiempo. De ahí la importancia de la detección precoz.
En casos más específicos, la endometriosis uterina puede dificultar la implantación del embrión, mientras que la afectación de las trompas de Falopio puede requerir su eliminación para facilitar la reproducción asistida.
Mirando hacia el futuro, Brunel destaca la importancia del diagnóstico precoz mediante técnicas innovadoras, como análisis de sangre específicos. Asimismo, señala la necesidad de desarrollar tratamientos preventivos que protejan los ovarios y preserven la fertilidad de las mujeres afectadas.
En lugar de depender de tratamientos hormonales de por vida, las actuales investigaciones buscan manejar la inflamación crónica asociada con antiinflamatorios que tengan los mínimos efectos secundarios.