La depresión es muy frecuente en nuestro país y afecta principalmente a las mujeres. Existen causas externas, pero también causas genéticas y se suele diagnosticar tarde porque no se le da importancia, al ser confundida muchas veces con la tristeza.
El 13 de enero es el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, que de hecho es la principal causa mundial de discapacidad. En España, se identifican más de 2 millones de personas con depresión según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos datos posicionan a España como el cuarto país de Europa con más casos de depresión después de Alemania, Italia y Francia. Además, en los últimos años, a causa de la pandemia por el Covid-19 han aumentado las cifras.
La depresión en las mujeres
Es un hecho que la tasa de depresión es mucho mayor en mujeres que en hombres en todos los países, llegando a afectar incluso al doble de mujeres. Algunas de las posibles causas son las siguientes:
- Factores hormonales y relacionados con la sexualidad en distintas etapas de la vida: pubertad, problemas premenstruales, embarazo, depresión posparto y menopausia.
- Circunstancias vitales estresantes: las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de vivir en la pobreza, sobrecargarse con responsabilidades domésticas y laborales y de ser abusadas emocional, física y sexualmente.
"Lo más peligroso de la depresión es no identificarla a tiempo y no darle suficiente importancia como para recibir un tratamiento psicológico adecuado"
¿La depresión es genética?
La depresión es un trastorno que necesita tratamiento psicológico y no siempre tratamiento farmacológico. Existen circunstancias vitales que aumentan las probabilidades de sufrir un trastorno depresivo, sin embargo en ocasiones no se identifica un motivo específico. Según el origen de la depresión, identificamos dos tipos:
- Depresión endógena: se produce por cambios fisiológicos internos, a veces asociados a un factor hereditario, sin que existan cambios externos detonantes del problema. Algunas hormonas como las endorfinas, relacionadas con el placer y la felicidad, se encuentran bloqueadas.
- Depresión exógena: se da en personas que no tienen predisposición a la depresión. Este tipo de depresión aparece debido a un motivo externo que afecta emocionalmente de forma intensa, como por ejemplo circunstancias que haya podido desencadenar el Covid (padecer la enfermedad, el confinamiento, los fallecimientos, problemas económicos…). En estos casos, los neurotransmisores de serotonina dejan de funcionar.
Diferencia entre tristeza y depresión
Lo más peligroso de la depresión es no identificarla a tiempo y no darle suficiente importancia como para recibir un tratamiento psicológico adecuado. Por esta razón, es fundamental no confundir tristeza con depresión. La diferencia entre ambos conceptos se basa en:
- Emoción vs trastorno: la tristeza es un estado mental pasajero. Concretamente, la tristeza es una de las emociones básicas del ser humano. Esta emoción nos permite procesar adecuadamente aquellos acontecimientos dañinos y alejarnos de ellos. Sin embargo, la depresión es un trastorno psicológico compuesto por diversos síntomas. La tristeza prolongada puede llevar a la depresión.
- Neuroimagen: en las pruebas de neuroimagen se observa que las personas con depresión cuentan con menos activación en distintas zonas del cerebro y tienen también los niveles de serotonina bajos. Ante emociones no se observan este tipo de cambios tan intensos.
- Abulia: un síntoma muy característico del trastorno depresivo es la falta de iniciativa ocasionada por el deterioro del sistema nervioso. Esta falta de iniciativa lleva a la persona a descuidar su higiene, su aspecto físico y sus actividades diarias.
¿Cómo saber si tengo depresión?
Es importante tener en cuenta que la depresión necesita un diagnóstico de un profesional de la salud mental con las pruebas pertinentes. La depresión se denomina clínicamente como trastorno de depresión mayor para poder atenderla hay que prestar atención a los síntomas.
Síntomas de la depresión
- Bajo estado de ánimo la mayor parte del día: sentimientos de tristeza, decaimiento, desesperanza.
- Marcada disminución del interés o del placer en casi todas las actividades: se pierde la conexión con las actividades del día a día y con las personas de alrededor.
- Cambios de peso o en el apetito: nuestro organismo se descuida y los cambios en la alimentación comienzan a ser visibles.
- Cambios en el sueño: se producen cambios en los hábitos de sueño, produciendo insomnio o hipersomnia.
- Insomnio: incapacidad para dormir, ya sea por insomnio de conciliación (dificultad para quedarse dormido), de mantenimiento (dificultad para mantener el sueño durante la noche, produciéndose despertares) o de despertar precoz (despertar anticipado).
- Hipersomnia: necesidad excesiva de dormir.
- Cambios en la velocidad de los movimientos: agitación (aceleración de los movimientos, nerviosismo) o retardo psicomotor (descenso de la velocidad de los movimientos, lentitud).
- Fatiga o pérdida de energía: cansancio constante, poco nivel de activación.
- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada.
- Disminución de la concentración y dificultad para tomar decisiones.
- Pueden aparecer pensamientos de muerte o suicidio.
Si los síntomas depresivos persisten durante 2 años o más, se clasifican como trastorno depresivo persistente. La desesperanza puede afectar gravemente a la autoestima del individuo.
En conclusión, es fundamental no quitarle importancia a los síntomas descritos anteriormente y no confundir depresión con tristeza para poder realizar un tratamiento adecuado a tiempo.
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