ODONTOPEDIATRÍA

¿Se deben tratar las caries en los dientes de leche?

La caries afectan al 31% de niños españoles menores de 6 años, pero como tienen dientes de leche, muchas veces existe la duda de si se deben o no tratar, restándoles importancia.

La caries es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia. Afecta al 31% de niños españoles menores de 6 años, ocasionándoles dolor, problemas de masticación o secuelas en la dentición definitiva. Cuando las caries afectan a niños menores de 3 años suelen ser más graves y ocasionar mayores secuelas y se conocen como caries severa de la primera infancia. El pico más elevado de incidencia ocurre entre los 13 y los 24 meses y se debe principalmente a 3 factores:

  • Ingesta elevada de azúcares refinados y ocultos
  • Mala higiene oral
  • Transmisión salival por parte de padres y/o hermanos

¿Qué son las caries?

Las caries se deben a la desmineralización del esmalte cuando las bacterias de la boca fermentan los azúcares de la dieta y producen ácidos que dañan la estructura del diente. Según la profundidad de la caries, esta puede llegar a afectar el nervio o a las estructuras óseas, provocando focos infecciosos moderados o severos. Las caries en los dientes de leche progresan rápidamente, pudiendo hacer que se pierda el diente y alterando la alineación de los dientes permanentes.

Las caries pueden reconocerse por los siguientes síntomas:

  • Cambio de color de los dientes a un tono amarillento o marrón
  • Aperturas de pequeñas cavidades de color oscuro en los molares
  • Intenso dolor en la zona
  • Fracturas en los dientes
  • Inflamación en la cara
  • Dificultades a la hora de comer

¿Se deben tratar las caries en los dientes de leche?

Los dientes de leche son imprescindibles para la masticación, actúan de guía y guardan el espacio para los dientes permanentes que saldrán más adelante. Las bacterias de las caries de los dientes de leche podrían llegar a afectar a los dientes definitivos y producir caries también en estos.

Es muy importante que las caries se corrijan cuanto antes, pero hay que tener en cuenta que en niños muy pequeños el abordaje resulta muy complicado por la escasa colaboración que la mayoría de veces requiere de anestesia general. Por otro lado, la corrección de las caries en los dientes de leche no está cubierta por la sanidad pública, lo que provoca que el índice de tratamiento de estas caries sea muy bajo en niños pequeños, ya que los padres esperan que la aparición de la dentición definitiva resuelva el problema.

Con el objetivo de detectar factores de riesgo y diagnosticar signos incipientes de caries es aconsejable una primera visita al odontopediatra antes del primer año de edad o a más tardar cuando salen los primeros molares.

Medidas de prevención

Existen numerosos estudios que indican que las caries son una enfermedad 100% prevenible si se llevan a cabo una serie de medidas preventivas para evitar los factores de riesgo.

Los consejos para evitar la aparición de caries incluyen:

  • Evitar la transmisión de bacterias de la saliva del cuidador hacia el niño: utilizar los mismos utensilios o cepillo dental, besar en la boca, soplar sobre la comida del niño…
  • Reducir las tomas de pecho o biberón nocturno a partir del año de edad y si no es posible se deben limpiar los dientes de los bebés después de cada toma.
  • Evitar los azúcares refinados antes de los 2 años de edad (galletas, helados, chocolate...).
  • Limpiar la encía del bebé incluso antes de que erupcione el primer diente con una gasa humedecida con agua.
  • Desde el primer diente de leche, es recomendable empezar a limpiarlo con un cepillo pediátrico con una cantidad muy pequeña (un grano de arroz) de pasta fluorada (1000 ppm = partes por millón).
  • A partir de los 3 años, se deben realizar dos cepillados por día (principalmente el de la noche) con pasta fluorada (un guisante). Hasta esa edad el cepillado debería ser realizado por los padres para asegurar una correcta higiene.
  • Entre los 4 y los 6 años el niño se cepilla solamente bajo supervisión.
  • Dedicar unos 2 minutos de tiempo al cepillado y escupir posteriormente los restos de pasta de la boca sin enjuagarse con agua ni otros líquidos.