CRECER
La piscóloga sanitaria Grecia de Jesús nos indica cómo debemos guiar a nuestras hijas para que se introduzcan en el mundo del maquillaje de forma correcta.
¿Recuerdas a qué edad comenzaste a maquillarte? ¿Condicionó tu rutina diaria para siempre? Seguramente cuando tenías 18 años no podías ni salir a comprar el pan sin el eyeliner bordeando tus ojos, pero con el paso de los años te has ido acostumbrando a tu belleza natural y odias verte pintada como un payaso.
Aprender a quererse a una misma y reforzar la autoestima es un proceso que va ligado a madurar. Pero, ¿qué hubiese pasado si desde pequeñas nos hubieran enseñado a tener una relación más sana con el maquillaje? ¿Hubiésemos apreciado antes nuestra belleza?
Es nuestra responsabilidad que las nuevas generaciones crezcan sin la presión de tener que estar siempre perfectas estéticamente, esa obligación que ha acompañado a la mujer durante siglos y siglos.
Ahora bien, eso no significa que no puedan disfrutar de todo lo bueno que ofrece el mundo del maquillaje, ni que deban ir siempre con la cara lavada en su adolescencia. “Todo depende del cómo”, afirma la psicóloga sanitaria Grecia de Jesús, colaboradora de NovaMás.
El maquillaje y la autoestima
Si una niña o adolescente se pinta con el objetivo de verse más guapa, ocultar defectos o llamar la atención de otras personas -por ejemplo, el chico que le gusta-, el maquillaje le estará “afectando a su autoestima y quitándole tiempo de su niñez, acelerándola su desarrollo de forma desadaptativa”, indica Grecia de Jesús.
En cambio, si una madre, tía o abuela juegan con la pequeña de la familia a maquillarse, explorando los distintos colores y texturas sin ningún tipo de objetivo estético, estarán “potenciando la creatividad y la diversión de esa niña”.
¿Por qué quieren maquillarse desde tan pequeñas?
Según la psicóloga, existen dos razones por las cuales las niñas se interesan por el maquillaje desde muy temprana edad. Una es la publicidad, que “sexualiza a las niñas en la televisión y en los medios”. Y no solo lo hacen maquillándolas, también vistiéndolas con outfits que se pondría una chica o con la actitud que tienen que mostrar. Este error también lo cometemos los adultos con determinadas conductas, por lo que Grecia recuerda que “es importante darnos cuenta de cuándo estamos contribuyendo a esta dinámica para frenarla”.
La otra es el modelaje o la imitación por parte de las niñas de las conductas de las madres: ponerse sus tacones, jugar con bebés o, en el caso que nos ocupa, maquillarse. Esto no tiene que tener nada de malo “si se utiliza a modo de juego y si se contextualiza y se entiende que son cosas de 'mayores', es decir, de otra etapa del desarrollo y de la vida”, indica la experta.
¿Es mala idea regalar a nuestras hijas un neceser de maquillaje?
“No es mala idea siempre y cuando se utilice en compañía de un adulto y como un juego”, responde la psicóloga. Aunque nos recuerda que a los juegos “hay ponerles límites” y, en este caso, el límite podría ser no salir de casa maquilladas o con las uñas pintadas.
¿Cómo hablamos de los límites del maquillaje con nuestras hijas?
La prohibición nunca será una opción viable para disuadir a una niña de maquillarse, por lo que Grecia propone “poner límites claros” como, por ejemplo, tener la norma que el maquillaje se usa solo en el hogar.
También es importante “redirigir el objetivo del maquillaje” y dejar claro de que se trata de un juego y no de un “accesorio de belleza o moda”.
Por otro lado, con las niñas más mayores, hace falta tener una conversación en la cual se les informe sobre las posibles consecuencias físicas y psicológicas que les puede comportar maquillarse.
¿A qué edad pueden maquillarse las niñas?
Para terminar, nos preguntamos cuál es la edad perfecta para empezar a experimentar con el maquillaje fuera del hogar. Para Grecia de Jesús, serian los 14 años, aunque nos aclara que “no existe un consenso de una edad determinada” y que es “importante contextualizar”.
"Es importante que exista una buena comunicación entre la niña y sus padres”
“Puede que no sea apropiado utilizar maquillaje para ir al colegio y que sí pueda serlo para salir un día a una actividad de ocio más distendida”, explica la experta. “Los límites y el contexto van a depender de la cultura en la que se encuentre la niña y las necesidades personales que tenga, por eso es importante que exista una buena comunicación entre la niña y sus padres”, añade.
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