MUCHA OBSERVACIÓN
Clásicamente las altas altas capacidades se han asociado a un coeficiente intelectual alto (por encima de 130) pero en los últimos años se ha demostrado que este parámetro no es el único a tener en cuenta.
Para el diagnóstico de altas capacidades se deben tener en cuenta otros factores que vas más allá del coeficiente intelectual como por ejemplo la creatividad, la forma de aprendizaje y el desarrollo evolutivo. Ocurre muy a menudo que los niños con altas capacidades en ocasiones pasan desapercibidos en las aulas perdiendo su potencial de desarrollo intelectual por inadaptación o desmotivación.
Es importante realizar una detección temprana de las altas capacidades en el ámbito escolar para apoyar a estos alumnos adecuadamente, conforme a sus necesidades y su ritmo de aprendizaje. De esta forma conseguiremos desarrollar todo su potencial y que sean alumnos felices con un rendimiento acorde a sus posibilidades.
Los niños y niñas con AACC forman un grupo muy heterogéneo entre sí, pero la mayoría presentan unos rasgos comunes que nos pueden poner en alerta. Los rasgos más destacados son:
Las AACC se pueden sospechar desde edades muy tempranas en algunos casos, pero no existen pruebas de valoración adecuadas para las AACC hasta los 4 años y el diagnóstico definitivo no se podrá hacer antes de los 6 años de edad.
En Educación Primaria ya se podría hacer el diagnóstico de AACC mediante la valoración del equipo psicopedagógico escolar. El diagnóstico, como hemos dicho al principio del artículo, no debería basarse únicamente en el coeficiente intelectual si no también en la valoración de otros factores como la personalidad o la creatividad.
Lo que más llama la atención en los niños con altas capacidades a partir de los 12-18 meses de edad es el desarrollo precoz del lenguaje siendo capaces de mantener una conversación profunda antes de los 2 años.
Tienen una elevada capacidad de memoria pudiendo memorizar cuentos, canciones y oraciones a los 2,5 años. Pueden realizar puzzles de más de 20 piezas antes de los 3 años. En algunas ocasiones, los niños con AACC pueden leer con facilidad antes de los 4 años.
A partir de los 4 años (educación infantil) se pueden pasar unos cuestionarios tanto a profesores como a padres que puntúen la probabilidad de que el niño tenga AACC. Este cuestionario valora cuestiones como:
Casi siempre tendemos a relacionar las AACC con unas excelentes notas en el colegio y un gran éxito a nivel académico, pero muchas veces estos niños sufren fracaso y abandono escolar y en ocasiones problemas de integración social con sus iguales.
No resulta extraño que estos niños no sean diagnosticados en el colegio ya que en ocasiones tienden a esconder sus capacidades para adaptarse al grupo sin sentirse "diferentes".
Es muy común que los niños con AACC se aburran ante contenidos demasiado sencillos o irrelevantes para ellos provocando malos comportamientos en clase, molestando a los demás o interrumpiendo al profesor por lo que en ocasiones se diagnostican erróneamente de trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Por otro lado, la falta de intereses comunes con los niños de su edad, el nivel de autoexigencia, el perfeccionismo y la baja tolerancia a la torpeza de otros compañeros pueden hacer que los niños con AACC se aíslen socialmente y sean víctimas de acoso escolar.