ESCAPES
Los escapes nocturnos de orina que ocurren sólo durante el sueño de forma involuntaria a partir de los 5 años en niños sin enfermedades asociadas de la vía urinaria se conocen como enuresis.
La enuresis es un motivo frecuente de consulta en pediatría. Muchas familias padecen este problema que tiende a banalizarse, pero puede repercutir de forma importante en la salud mental del niño.
Los pediatras debemos tranquilizar a los padres y ofrecer en cada caso el tratamiento más oportuno evitando los castigos y la culpabilización del niño.
La enuresis es un trastorno que afecta al 16% de niños de 5 años, al 10% de niños a los 6 años, al 7,5% de niños a los 10 años y a partir de los 15 años puede persistir el problema en un 3% de la población.
Es un problema que afecta 2 veces más a los niños que a las niñas y son muy importantes los antecedentes familiares, ya que el riesgo de padecer enuresis aumenta enormemente si los padres la sufrieron en su infancia.
A pesar de que es un trastorno muy frecuente en la infancia suele estar infradiagnosticado, debido a diversas causas:
Para diagnosticarla no se precisa de pruebas complementarias. Con una adecuada entrevista clínica y descartando otros síntomas que pueden indicar patología, es suficiente para indicar tratamiento si el paciente y los padres así lo desean.
Siempre se deben descartar escapes diurnos de orina, lo que indicaría una incontinencia urinaria que podría indicar un problema vesical. También se deben descartar molestias miccionales como picor, escozor… que indicarían infección urinaria.
El estreñimiento y la presencia de ronquidos o pausas respiratorias durante el sueño pueden influir sobre la enuresis y es conveniente tratarlas antes de iniciar el tratamiento para la enuresis.
Es un trastorno cuya frecuencia disminuye con la edad y tiende a resolverse espontáneamente en la mayoría de los casos, pero puede tener un impacto negativo en muchos niños ya que limita las oportunidades sociales afectando a la autoestima y a la relación con otros niños.
Como norma general, la enuresis leve (menos de 3 noches a la semana) tiende a resolverse espontáneamente. Sin embargo, si la enuresis es moderada (3-6 noches por semana) o persiste más allá de los 9 años difícilmente se resolverá sin tratamiento.
Siempre que se diagnostica una enuresis y los padres y/o el niño desean tratamiento el pediatra debe iniciar unas medidas conductuales junto con el tratamiento más adecuado en cada caso (desmopresina o alarma).
Es muy importante que el niño comprenda y acepte las medidas conductuales para el éxito del tratamiento ya que es el propio niño el que debe tomar la iniciativa.
Las medidas generales incluyen:
A parte de estas medidas se debe hacer uso de uno de los 2 tratamientos disponibles dependiendo del caso y la situación familiar.
Es un análogo de la hormona antidiurética y se encarga de reducir la producción de orina.
Se trata de un sistema de aprendizaje que emite un sonido fuerte cuando las primeras gotas de orina entran en contacto con un sensor situado en la ropa interior.