No siempre es alarmante
Es una consulta recurrente a los pediatras, pero, ¿cuándo debes preocuparte y salir corriendo? Te lo aclaramos.
Quitas el pañal a tu bebé y de repente ves una caca de un color diferente a la del resto de días. Haces memoria de qué ha comido ese día, para descartar que no haya salido el alimento el que esté generando ese color. Y una vez descartado, te quedas preocupada… ¿Cuándo debe preocuparte el color de las heces del bebé?
Ante la duda, pañal a la bolsa y a consultar al pediatra, pero desde aquí vamos a ayudarte con los distintos colores que puede presentar la caca del bebé, de la mano de Pediatra2punto0.
- Si son amarillas: “Este tono, que tiene variaciones, es el color típico de las cacas de los bebés muy pequeños, sobre todo en las primeras semanas. La mayoría de las veces son liquidillas, como con grumitos”.
- Verdes: “Son típicas de los niños que toman lactancia materna. O sea son normales pero ojo que en algunas ocasiones también son verdosas y vienen de alguna intolerancia alimentaria. Pero si le ves contento, no preocuparse”.
- Marrón: nada que añadir, es lo habitual, nadie se alarma.
- Blancas o muy pálidas: “Se llama acolia y el color te llamará la atención. No son cacas normales y están relacionadas con problemas de hígado”.
- Rojas: “No es que toda la caca sea roja sino que aparezcan hebras de sangre. Los problemas asociados a esto suelen ser alguna heridita en el culete o en el final del intestino. También puede suceder a veces en caso de gastrointeritis”.
- Tirando a color negro: también pueden darse por distintas cosas. Si le estás dando el pecho y tienes grietas en el pezón, le pasará al niño algo de tu sangre en las tomas y esa sangre irá a la caca, que con los jugos gástricos, se tornará oscura. “Además, por sangrado pero esta vez en el bebé. También hay alimentos que pueden teñir la caca, llegando a ese color, como la tinta de calamar”, explica.
¿Siempre es importante el color de las cacas? Primero debes ver el estado general del niño. A partir de ahí, no, no siempre es importante: “Hay procesos en los que el color de las heces no cambia, pero otras características de las mismas, sí, como la consistencia. Deposiciones voluminosas y grasientas podrían sugerir problemas con el gluten. Amarillas pero acuosas pueden ser síntoma de gastrointeritis”, finaliza la experta.
Así que ya sabes, no todo será el color…