ACOMPAÑAMIENTO
Tener miedo durante la niñez es algo habitual y normal. Los padres y madres tenemos que ser conscientes de ello y ayudar a nuestros hijos a sentirse seguros para superarlos.
La infancia es una etapa de descubrimientos y crecimiento, pero también es un tiempo en el que los miedos comunes pueden surgir y afectar a nuestros hijos.
Estos miedos son una parte normal del desarrollo, y como padres, podemos desempeñar un papel fundamental para ayudar a nuestros hijos a enfrentarlos de manera asertiva y constructiva.
El miedo a la oscuridad es uno de los temores más comunes en la infancia. Los niños a menudo temen lo que no pueden ver y esto puede causarles pesadillas o ansiedad antes de dormir.
Como padres, podemos poner en práctica los siguientes consejos para que nuestros hijos transiten y superen poco a poco este miedo:
- Utilizar una luz tenue o una lámpara de noche en la habitación hasta que el niño o la niña estén preparados para dormir sin ella.
- Animar al niño a usar un peluche o un objeto de apego para sentirse seguro, puede ser una mantita o una almohada pequeña, algo que escoja el niño y con el que le guste dormir.
- Crear una rutina de relajación antes de dormir para ayudar a calmar sus temores y mantenerla.
Los niños a menudo temen a los monstruos o seres imaginarios “que se esconden en los armarios o debajo de la cama”.
Estos seres son fruto de su gran imaginación y creatividad, algo muy desarrollado durante la niñez. Los padres y madres, podemos ayudar a gestionar mejor este tipo de miedo teniendo una conversación con ellos en la que podamos explicarles que los monstruos no son reales.
Una herramienta muy poderosa es hacerles ver que su imaginación también puede crear héroes que ganen a los seres imaginarios que le causan temor.
Además de esto, será muy importante darnos el tiempo de realizar una inspección “anti-monstruos” juntos antes de la hora de dormir. De esta manera, pueden comprobar con sus ojos y acompañados por nosotros que no hay ningún ser escondido en su habitación.
El miedo a separarse de sus padres es común en la primera infancia. Hay niños que se angustian mucho al separarse de sus padres o de sus cuidadores principales. Hay que tener en cuenta que ellos no tienen la certeza de que los padres y madres van a volver y pueden sentir “abandono” en el momento en que nos vamos.
Como padres, podremos poner en práctica los siguientes puntos:
- Establecer rutinas de separación predecibles en donde de manera visual puedan observar lo que ocurrirá, puede ser mediante dibujos o impresiones y dejarlas a la vista en algún tipo de pizarra o álbum, para que pueda ver lo que ocurrirá en ese tiempo de separación y sea muy visual que vamos a volver a buscarlos.
- Desarrollar una despedida especial, esto nos sirve mucho para reconfortar a nuestro pequeño y crear un vínculo diferente con cada uno de nuestros hijos.
- Mantener un lenguaje positivo y tranquilizador al hablar de ese momento de separación. No debemos transmitir nuestra propia angustia.
Los niños frecuentemente desarrollan miedos a ciertos animales como los insectos insectos, perros, arañas o abejas.
Para ayudarle a afrontar de una manera positiva este miedo, podremos enseñarles curiosidades sobre los animales que teme y sobre sus comportamientos en el medio natural.
Es bueno animarles a hacer preguntas y a que busquen información juntos sobre el tema; y por supuesto, hay que ser muy conscientes de nuestros propios miedos, para evitar transmitirlos a ellos.
Es común que los niños teman a la enfermedad, las visitas al médico o las inyecciones.
Así que, es bueno explicarles de manera sencilla y honesta lo que sucederá en la visita médica. Una buena estrategia para normalizar estas situaciones es utilizar juegos de rol para familiarizar a nuestro hijo con el médico y reforzar la importancia de mantenerse saludable, a través de una buena higiene y una buena alimentación.
El miedo a la escuela es común cuando los niños empiezan su educación inicial, después es un miedo que debe ir desapareciendo porque adquieren las rutinas, conocen el lugar y establecer vínculos positivos con otros niños y con los adultos responsables de su cuidado.
Lo normal es que los más pequeños teman el colegio porque implica separarse de sus padres y por el hecho de tener que enfrentarse a lo desconocido.
Es bueno preparar al niño para la escuela con anticipación, visitándola y conociendo a sus maestros, hacer hincapié en las partes emocionantes y divertidas de la escuela y establecer una rutina de despedida tranquilizadora.
Es importante que como padres, podamos proporcionar un entorno seguro y de apoyo, donde los niños se sientan cómodos al compartir y externar sus miedos. Debemos escuchar con empatía, ofrecer información tranquilizadora y fomentar un diálogo abierto son estrategias efectivas para ayudar a los niños a superar sus miedos.