DAR EL PECHO
Si estás a punto de ser madre, o ya lo eres y estás en plena lactancia, sbrás que las temidas crisis existen, pero no hay que temerlas sino saber afrontarlas. Te contamos todo lo que debes saber, de la mano de la matrona Laura Gil.
Cuando las madres no disponen del apoyo o la información necesaria, la aparición de estas crisis de lactancia o brotes de crecimiento suelen asociarse a que algo está funcionando mal, a que el bebé se queda con hambre, lo que lleva en muchas ocasiones al abandono de la lactancia.
Pero te calmará saber que las conocidas como crisis de lactancia son en realidad brotes de crecimiento de los bebés, cambios fisiológicos asociados a su desarrollo.
La primera crisis de lactancia aparece muy pronto, a las 48 horas de vida. Los bebés que hasta ahora dormían mucho, no para de llorar y demanda continuamente. Y entonces empiezan todas las dudas, miedos e inseguridades… ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Se está quedando con hambre? ¿Será que no tengo leche? Pero tranquila, esto tiene una explicación. Hasta ahora el bebé se ha alimentado de calostro, y ahora es el momento en el que tu cuerpo empieza a producir más leche.
Para que esto ocurra, se necesita la succión por parte del bebé. Es por ello que la demanda aumenta, para darle al cuerpo las señales que necesita para se produzca la subida de leche.
La siguiente crisis de lactancia suele ocurrir a los 15 días de nacimiento del bebé, y durar unos 3-4 días. En este momento, parece que el bebé está inquieto y quiere mamar continuamente, lo que muchas veces lleva a pensar a la madre que se está quedando con hambre. Sin embargo, lo que sucede es que el bebé quiere aumentar una vez más la producción de leche y por ello aumenta la succión.
A las 6 semanas aparece otra crisis de lactancia. Durante aproximadamente una semana, el bebé puede parecer que se pelea con el pecho: empieza a mamar y se retira enfadado. ¿Qué está pasando? ¿Ya no le gusta mi leche? Pues se cree que sucede por un cambio fisiológico en el sabor, algo más salado. Algunos bebés son más sensibles a este cambio y necesitarán de unos días para adaptarse al nuevo sabor.
La crisis más importante y duradera sucede a los 3 meses de edad. El bebé protesta al pecho, se distrae mucho, puede enfadarse cuando empieza a mamar… y, además, la madre siente el pecho más vacío. En esta crisis se juntan dos factores: por un lado, la forma en la que el cuerpo produce la leche, y es que ahora los pechos no estarán continuamente llenos, sino que la producción de leche de cada toma comenzará con la succión del bebé.
Por otro lado, el bebé comienza a ver mejor y a distraerse más con los estímulos externos, lo que le hará estar menos concentrado en la toma.
Cuando notes un comportamiento de este tipo en tu bebé, tienes que tener en cuenta:
Lo más importante es conocer lo que está sucediendo, para estar tranquilas de que es algo fisiológico. Una vez hemos identificado que es una crisis de crecimiento, y sabemos que nuestro bebé continúa ganando peso de forma adecuada, solo nos queda esperar. Tener mucha paciencia hasta que pase, amamantar en lugares con calma y sin muchas distracciones, y pedir apoyo si lo necesitamos.