Avisada estás
Lo tienes claro y no, no has tenido ningún trauma en la infancia: no quieres hijos. Claro meridiano. Y así lo dices cada vez que alguien te hace esa pregunta un tanto incómoda (cuidado que no añadan lo de “se te va a pasar el arroz”). Y ahí, justo ahí, en ese preciso momento en el que se ve un claro rictus en la cara de la otra persona, de desaprobación con esta decisión que has tomado, ahí, en ese instante, te van a regalar toda clase de frases sobre lo que te pierdes porque no tienes hijos.
Tú no las has pedido, no te interesan ni aportan nada, pero los que sí tienen hijos están ahí para regalártelas, porque son así de generosos. Ahí van unas cuantas:
-“¿Estás segura?”. A ver, puede que cuando te lo planteases, dudases. Puede. Pero ya no, es una decisión meditada y bien meditada. Pero ahí estarán preguntándote si realmente estás segura, como cuando tienes que escoger entre el sabor del helado, si fresa o chocolate (y acabas con un helado de dos bolas).
- “Pues yo, es lo mejor que he hecho en mi vida”. Nos alegramos y somos conscientes de que es cierto que un hijo te cambia la vida. Pero quizás para ti lo mejor que has hecho en tu vida sean otras cosas: como ese viaje alrededor del mundo, o esa novela a medio terminar que tanto te ilusiona, o esas salidas con tus amigas…
- “Ya cambiarás de opinión”. Claro, porque parece que cuando van pasando las manecillas del reloj, te van entrando las prisas. Y es cierto, a algunas mujeres les pasa pero también a otras les sucede que tienen muy claro que no quieren hijos. Ni ahora, ni después.
- “No sabes lo que te pierdes”. Y quien lo afirma seguramente se haya pasado noches o semanas enteras sin dormir. Y tenga que ir corriendo de un lado para otro, repitiendo mismo vestido que tendrá alguna mancha de vómito o un moco pegado. Y puede que nunca tenga tiempo para sí misma porque un enano absorbe su existencia. Sí, sí sabes lo que te pierdes y por eso mismo, no quieres hijos.
- “Pues es muy egoísta vivir en función de uno mismo únicamente”. Sí amiga, esto también te lo pueden soltar los que consideran que su vida no está realizada sino gira en torno a varios retoños. Bueno, puedes aceptar pulpo como animal de compañía pero como de momento y que sepamos solo hay una vida, cada uno decide vivirla como le da la real gana.
- “El embarazo es algo precioso”. Buah, una pasada: te entrará un apetito voraz, engordarás como una vaca, quién sabe si te quitarás los kilos de más y el esfuerzo que te costará quitarlos. Además, tendrás las hormonas a flor de piel y llorarás por el vuelo de una mosca. Y qué decir de las estrías, de las piernas y los tobillos que parecen patas de elefante, o de las náuseas en el desayuno. ¿Precioso, verdad?
- “Y el parto, también”. Claro, no quieres ni imaginártelo: con o sin epidural (un día hablaremos de esas mujeres que dicen no querer la epidural para así tener un parto natural y todas las sensaciones), las contracciones, el dolor, la posible epidural, las horas que pasan… Sí, en efecto, lo tienes claro: puedes pasar de esto.
- “Los niños son lo mejor”. Y sí lo son, piensas tú mientras oyes la frase, justo en el momento en el que tu hermana corre detrás de tu sobrino que ha pintado, cual Tapiés, toda la pared blanca del comedor. Son lo mejor. Los de los otros son lo mejor. Y cuanto más lejos, mejor.
- “Pues sin hijos no acabas de realizarte como mujer”. Ay amiga, esta frase quizás también te puede caer, proviene de esas otras mujeres que considera que no son realmente mujeres si no han parido. Lo de que el embarazo sea el determinante para que seas realmente una mujer es una bobada como otra cualquiera porque cada uno se realiza como le parece pertinente, de hecho hay mucha gente que no acaba de realizarse nunca y mira, ahí los tienes.