Stop engaños
Mucho se ha escrito sobre lo que las mujeres hacen mejor que los hombres. ¿Son ideas basadas en estudios del comportamiento y estadísticas buscadas para que nos las creamos o se corresponden con la realidad?
¡No te creas todo lo que te cuentan! No todo lo que nos han dicho que hacemos mejor es cierto, pero nos lo hemos creído, aceptado e interiorizado en nuestra conducta, hasta el punto que ni siquiera nos replanteamos si es un dato real o una conducta adquirida.
Por ejemplo: las mujeres se organizan mejor, son multitarea, aguantan mejor el dolor, son más fuertes o más activas y en consecuencias podemos hacernos cargo de más tareas, trabajos o responsabilidades que ellos. ¿Os suena de algo esto? Seguro que sí, hay mil listas de todas las cosas que hacemos mejor que ellos. Algunas han servido para empoderarnos, otras para distanciarnos, pero todas han servido de un modo u otro para encasillarnos.
Hemos tenido que leer mensajes que les han dado licencias a terceros para pedirnos más, exigirnos más o sobrepasarse más con nosotras, mensajes que no solo vienen de los medios de comunicación de hoy en día. Algunos son mensajes que llevamos escuchando siglos:
“Entonces Dios el señor le dijo a la mujer: – Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido y él tendrá autoridad sobre ti”. Génesis 3
La idea de que aguantamos mejor el dolor nos viene persiguiendo desde el Génesis, y ni qué decir de la idea de que solo podemos desear a nuestro marido o pareja (siempre en masculino…) y la bochornosa idea de que los hombres tienen autoridad sobre las mujeres. Triste que este mensaje que parece que se queda muy lejos en el tiempo todavía hoy siga teniendo presencia en la sociedad y en nuestras conductas.
Si hablamos de dolor, sí que es cierto que parimos, y parir duele, sí que es cierto que tenemos la menstruación y que te baje la regla duele, pero ¿es siempre así? ¿A todas las mujeres nos duele de la misma manera? ¿O nos hemos creído durante siglos que duele, lo hemos trasmitido de generación en generación y hemos hecho realidad la idea? ¿Estuvo primero la estadística y luego la realidad o primero la realidad y luego la estadística?
Arturo Goicoechea, neurólogo especializado en la neurobiología del dolor, nos cuenta que desde la biología, la menstruación no es un proceso lesional, sino un proceso de creación de una mucosa para recoger un embrión y que, en cierta manera, se activan procesos de inflamación similares a los de una lesión, pero que eso no quiere decir que el endometrio esté inflamado, por lo que no deberíamos sufrir durante el periodo menstrual. En otras palabras, lo que de alguna forma Goicoechea nos intenta explicar es que es nuestra cabeza influida por nuestra cultura, la que ha hecho que el cerebro le mande a nuestros ovarios el mensaje de que ha de dolernos.
Es complejo de explicar, ya que tiene un proceso mucho más fisiológico y asegura que para muchas mujeres el periodo genera mucho dolor. Pero, desde luego, Goicoechea asegura que no ayudamos en nada provocando un alarmismo o una expectativa como la que se ha generado en la cultura de la menstruación. Es más, recomienda hacer lo contrario: “Dar explicaciones biológicas y conseguir que el organismo vaya tolerando ese proceso periódico y que no ponga en riesgo la integridad del útero”.
De hecho, a nivel experimental, entre mujeres y hombres sin patologías, este experto no ha visto grandes diferencias. Aunque recalca que la cultura del dolor es una cultura masculina y que no hemos construido una teoría del dolor para diferenciar un organismo femenino de uno masculino, así que es complicado realmente ver las diferencias, ya que no se han podido estudiar por separado.
También nos han vendido la idea de que nosotras fregamos mejor, limpiamos mejor, ordenamos mejor o que somos multitarea. ¿Quizás porque se nos ha obligado a ensayar durante siglos? Este es otro de los mensajes que tenemos marcados bajo la piel. “Nosotras somos las cuidadoras”, para que la vida de los demás sea más cómoda.
Biológicamente no estamos más preparadas que ellos para lo que “sutilmente” nos lleva a las tareas del hogar, y seguramente si ellos hubieran pasado el mismo tiempo que nosotras limpiando y ordenando estarían igual de capacitados que nosotras, hoy en día, para muchas de estas tareas. Es más, está totalmente comprobado que muchos hombres que han decidido dedicarse a las tareas del hogar lo han sabido hacer sin ningún problema y no se han muerto por el camino.
Lo que han conseguido con estas listas que nos dicen que nosotras hacemos mejor algo que ellos, es que no se nos olvide, sobre todo a las mujeres, todas las ideas que tienen detrás estos mensajes, como el lugar que tiene que ocupar la mujer en el mundo.