VINO Y CERVEZA

Ni una copita al día: así te juegas la salud bebiendo alcohol

Desmontamos los supuestos beneficios de un consumo moderado de vino y cerveza.

Estudios científicos relacionan el consumo de alcohol incluso de forma moderada con diversos tipos de cáncer.iStock

La cerveza protege los huesos, un vaso de vino al día es bueno para el corazón, la cerveza es ideal para hidratarse tras una competición… A menudo, titulares como estos copan los medios de comunicación, ensalzando las bondades de estas bebidas y promoviendo un consumo “moderado”.

Pero bajo estas noticias con aire científico, solo se nos habla de los efectos de ciertos componentes que se encuentran en el vino o en la cerveza y se omiten intencionadamente que se encuentran en muchos otros alimentos. Tampoco se nos habla nunca de los riesgos ni se aporta una valoración global de riesgo/beneficio de su consumo.

Componentes del vino y la cerveza

De esta manera, el resveratrol del vino lo podemos encontrar en las uvas y no necesitamos consumir alcohol para aportar a nuestro cuerpo este componente. Y el silicio, potasio o magnesio de la cerveza lo podemos encontrar en cereales integrales, frutas y hortalizas y no necesitamos consumir una bebida con alcohol para conseguir estos nutrientes.

Además, estos estudios en los que se basan estas noticias, en la mayor parte de los casos no están exentos de conflictos de interés, ya que suelen estar financiados por la propia industria del vino y de la cerveza y las asociaciones que se encargan de promover su consumo. Por lo tanto, a menudo se realizan buscando algún punto positivo.

Y bajo este paraguas del “consumo moderado” en el que se esconden intereses, el alcohol forma parte de nuestro día a día y tenemos una sensación de inocuidad al tratarse de bebidas de menor graduación que otras mucho más alcoholizadas.

¿Es sano tomar una copa de vino al día?

Entonces, cabe plantearse la cuestión clave: ¿Es verdad que tomar vino o cerveza con moderación es un hábito saludable?

Estamos promoviendo públicamente el consumo de bebidas con alcohol. Y ya dejando al margen el indudable poder adictivo de este, el consumo de alcohol es la tercera causa de enfermedad y muerte prematura a nivel mundial, incluso por encima del tabaco. En Europa, el alcohol también es el tercer factor de riesgo más importante de enfermedad y mortalidad, después del tabaco y la hipertensión arterial.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró un documento desmintiendo las supuestas bondades que ejerce el consumo moderado de alcohol, concluyendo que es perjudicial para el sistema cardiovascular: “El alcohol es teratogénico, neurotóxico, adictivo, inmunosupresor, perjudicial para el sistema cardiovascular, carcinogénico y aumenta el riesgo de muerte”. Por si fuera poco, el documento de la OMS afirma que “no hay un nivel de consumo de alcohol libre de riesgos”.

Relación entre alcohol y cáncer

El estudio la European Prospective Investigation into Cancer and Nutricion (EPIC) concluye que un 10% de cánceres en hombres y un 3% en mujeres son atribuibles al consumo de alcohol. En este estudio, casi la mitad de cánceres en el caso de los hombres y un 30% en el caso de mujeres atribuibles al alcohol, se produjeron en personas que consumían menos cantidad de alcohol del que se suele fijar como moderado (2 consumiciones diarias en hombres y 1 diaria en mujeres).

Por otro lado, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer también nos recuerda que existe una relación causal entre el consumo de alcohol y el cáncer de hígado, mama, colon, tracto digestivo, boca, garganta y esófago.

Y entre otras organizaciones sanitarias, la Asociación Americana del Corazón afirma: “No es recomendable beber vino ni cualquier otra bebida alcohólica para conseguir beneficios cardiovasculares”.

Por estos motivos y muchos otros, en ningún caso, profesionales de la salud y de la comunicación deberían enfatizar públicamente ventajas en el consumo de bebidas con alcohol, porque es un mensaje ambiguo y peligroso, que no atiende a conseguir mejoras en la salud de la población, sino en fidelizar consumidores para así mantener o aumentar las ventas.

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