LUCES, SOMBRAS Y DESCUBRIMIENTOS
Los bebés nacen con una capacidad visual muy limitada. A pesar de que los órganos de la vista se forman muy pronto durante la gestación, no es hasta el nacimiento cuando los bebés comienzan a desarrollar este sentido. En este artículo te explicamos la evolución visual de los bebés durante sus primeros meses y los signos de alerta que puedes identificar.
La vista es el sentido que experimenta más cambios durante el primer año de vida y, aunque cada niño se desarrolla a su ritmo, existen patrones que nos ayudan a saber qué esperar en cada etapa. A menudo, los padres sienten curiosidad por saber cuándo sus bebés empiezan a ver con mayor nitidez y a reconocer sus rostros, por eso en este artículo tienes un resumen: sobre cómo se desarrolla la vista en los bebés.
Al nacimiento, los bebés solo perciben el contraste entre luces y sombras y su visión es muy sensible a la luz brillante. Pueden abrir los ojos, pero su visión es muy borrosa y no tienen capacidad de enfocar.
Distinguen formas o movimientos siempre que se sitúen como máximo a unos 15-20 cms de sus ojos. Sus pupilas suelen ser muy pequeñas para limitar la cantidad de luz que entra y, desde el principio, existe el reflejo de cierre de los párpados cuando hay luces de gran intensidad a su alrededor.
No distinguen los colores, perciben todo en blanco y negro, y las sombras en gris.
La visión de un recién nacido se estima que es el 5% de la visión de un adulto sin problemas de visión.
Muchas veces los padres se preocupan porque al nacimiento la mayoría de niños desvían o tuercen alguno de los ojos. Esto es completamente normal al principio y se corrige por sí solo, aunque todavía será normal que el niño muestre de forma esporádica desviaciones oculares hasta los 6 meses.
A partir de los 2 meses el bebé fija la mirada en objetos cercanos y reconoce las caras con mayor nitidez distinguiendo los gestos. Empieza a sonreír y a seguir con sus ojos los objetos en movimiento que se presenten cerca de su rostro.
Comienza a distinguir algunos colores como el verde o el rojo.
Al final del 3er mes, el bebé empieza a mirar su mano a distintas distancias y comienza a coordinar los ojos y los brazos para golpear objetos cercanos.
A los 4 meses los bebés ya son capaces de mover sus ojos sin mover su cabeza y mejoran mucho en la percepción de los colores distinguiendo perfectamente el rojo, el azul, el amarillo y el verde.
En este período los bebés ya reconocen el rostro de sus padres, incluso a cierta distancia, y perfeccionan mucho la coordinación ojo-mano pudiendo colocarse el chupete o el biberón, o coger y mover sus juguetes preferidos (sonajeros, muñecos…).
Durante esta etapa el bebé ya es capaz de percibir la profundidad y la distancia de los objetos, por lo que ya ven el mundo en tres dimensiones.
Respecto al color de ojos, alrededor de los 6 meses ya es posible descubrir la pigmentación real del iris.
A esta edad los bebés ya pueden reconocer cosas a través de una ventana y pueden recordar qué es un objeto, aunque sólo vean una parte de él (memoria visual).
Los bebés comienzan a gatear normalmente en torno a los 8 meses, por lo que mejoran aún más su coordinación ojo-mano.
A los 9 meses pueden calcular la distancia bastante bien y comienzan a ponerse de pie.
Su mayor afición a esta edad es lanzar los juguetes al suelo para ver cómo caen.
Alrededor de los 10 meses comienzan a hacer la pinza sujetando objetos pequeños entre sus dedos.
A partir de esta edad la visión sigue evolucionando de forma más lenta hasta los 5-6 años en los que se alcanza la visión adulta.
A partir de los 3 años, se debe evaluar la visión de los niños periódicamente por el pediatra para detectar problemas de refracción.
Los signos de alarma que nos deben hacer sospechar que hay problemas visuales son:
Estos datos pueden ser la forma de presentación de algunas enfermedades oculares que requieren un tratamiento inmediato.