PASO A PASO
Para los amantes de la jardinería, conseguir que las plantas crezcan y florezcan es algo maravilloso. Pero, es un camino largo y complicado. La parte de su cuidado que más miedo da siempre llega cuando se debe trasplantar la planta a una maceta más grande. Descubre en el artículo de hoy, los sencillos pasos a seguir para que siempre salga bien.
Las plantas necesitan espacio para crecer, aunque estén dentro de una maceta. Hay que procurar que dispongan de un entorno lo suficientemente grande para desarrollarse. Por ello, cada cierto tiempo es conveniente trasplantarlas a un tiesto mayor. Pero este proceso no es tarea sencilla para muchos, ya que se requiere de unos pasos meticulosos para así asegurar el éxito.
Como cualquier ser vivo, las plantas necesitan espacio para crecer y desarrollarse adecuadamente. Cuando estas van creciendo, empiezan a necesitar más espacio del que podríamos haberles proporcionado en un primer momento. Es nuestra tarea trasplantarlas a una maceta más grande para que sigan creciendo.
Como este proceso puede resultar muy complejo, te traemos a continuación un listado de consejos que puedes aplicar para hacer de este transcurso, un camino más fácil y divertido.
El primer paso es escoger la nueva maceta. Aunque pueda parecer muy obvio, es esencial escoger una con las dimensiones perfectas para tu planta; debes fijarte que sea más amplia y profunda que la anterior, así garantizarás su crecimiento óptimo.
Además, tienes que escoger el mejor material. Busca esos elementos que promuevan un buen drenaje y circulación de aire, para evitar el exceso de humedad que podría ser perjudicial.
Antes de trasplantar, es crucial asegurarse de que la nueva maceta está preparada para acoger la planta. Para ello, debemos crear su suelo.
Esparce una base de sustrato o mantillo –hasta la mitad del recipiente– de alta calidad, y comprueba que esta drena correctamente. Para ello, añade un poco de agua hasta cubrir la tierra y espera a que el agua se drene.
En entornos exteriores, es recomendable utilizar aislantes en las paredes de la maceta para proteger de temperaturas extremas a las raíces.
Se requiere de especial cuidado en la extracción de la planta para no dañar sus raíces. Puedes ayudarte de una espátula o volcarla con cuidado, pero siempre extrayendo la planta sin forzar ni estirar del tallo. Hazlo con delicadeza.
Después, es importante limpiar el cepellón –la tierra que se deja adherida a las raíces de los vegetales para trasplantarlos–. Se debe eliminar el sustrato excedente y las raíces dañadas.
Fíjate que las raíces no estén enredadas. De esta forma, estaremos preparando la planta a la perfección para su nuevo hogar.
Y ha llegado la hora de la verdad. Para realizar bien el trasplante, posiciona la planta en el centro de la maceta y agrega sustrato a su alrededor.
Si quieres saber cuánto sustrato debemos añadir, asegúrate de que se cubre la parte superior del cepellón y aplasta la tierra con las manos para que las raíces puedan crecer firmes e incluye más tierra en la zona de las raíces sueltas.
Para finalizar, riega la planta rápidamente después de su trasplante para asentar el sustrato y ayudar a las raíces.
¡Ya has trasplantado tu planta! Recuerda no ubicarla en un lugar con condiciones distintas al que estaba anteriormente, sobre todo en los primeros días.