EXCESO DE AUTOEVALUACIÓN
Cuando esa ausencia mental durante el encuentro mental coincide con un exceso de autoevaluación y autoexigencia, los psicólogos analizan la posibilidad de estar ante un rol del espectador.
“Estás como que no estás”. Es una frase que alguna vez hemos dicho u oído durante un encuentro sexual. Es ese momento en el que todo se inicia y tu cuerpo parece responder accionando el piloto automático, haciendo lo que ya sabe hacer, pero sientes que tu mente está en otra parte. A todos nos ha pasado. Sin embargo, no a todos nos pasa por el mismo motivo. Porque una cosa es que en un momento dado estemos pensando en esa tarea pendiente o en ese asunto sin resolver. Y otra cosa es que, de forma habitual, lo que nos ocurra, es que, en vez de estar centradas en disfrutar del momento, nos obsesionemos analizando cada detalle del mismo desde fuera.
“En la sexualidad, el rol del espectador se da cuando la persona está evaluando su desempeño sexual durante el encuentro íntimo, de modo que el momento sexual se puede convertir en un examen que ‘hay que aprobar’ para sentirse bien”, resume la sexóloga Sonia García.
Es cierto que a veces sentimos que nos cuesta conectar. O que nuestra pareja nos nota fuera de lugar. Pero, ¿cómo saber si realmente este es nuestro caso?
“Podemos detectar que estamos cayendo en el rol del espectador cuando durante el encuentro sexual estamos pensando mucho y sintiendo poco. Por ejemplo, si ante cualquier práctica estamos pensando si se está haciendo bien, mal, si es la técnica adecuada, si la otra persona está poniendo una cara u otra, si se ve la celulitis en esa postura o si desde ese perfil cuelga la barriga o los pechos, entre otros”.
Si al leer estos ejemplos te sientes identificada, el siguiente paso es saber cómo conseguir pasar de espectador a protagonista. Lo primero es analizar por qué nos puede estar ocurriendo esto.
“Suele ocurrir por el miedo al qué dirán, por intentar quedar bien, bajo los mitos sexuales como el de dar la talla o cumplir en la cama. La autoexigencia, la intolerancia a la frustración y a la incertidumbre y la necesidad de perfección están también detrás del rol del espectador”, analiza la experta.
Una vez que tenemos claro qué es lo que nos está bloqueando, es buen momento para buscar ayuda que nos ayude a superarlo. En la mayoría de los casos no solo tendremos que intentar estar más presentes en la cama, como nos podría ocurrir si ese “estar ausente” fuera por otro motivo. En el caso de rol del espectador habrá también que abordar las cuestiones que nos mantienen fuera de escena. A este respecto Sonia García también ofrece algunas claves a tener en cuenta.
“En terapia psicológica y en terapia sexual se trabaja frecuentemente el rol del espectador porque está detrás de muchas disfunciones, dificultades e insatisfacciones sexuales. Se trabajan creencias y exigencias disfuncionales con respecto al sexo, así como autoestima (miedos, inseguridades), formas sanas de entender las relaciones sexuales y ejercicios de relajación para aprender a disfrutar de forma plena, sintiendo más y pensando menos”, concluye.